Publicidad y marketing / Avisos, campañas, agencias
Semestre intenso para el marketing
Alberto Borrini
LA NACION
15° aniversario / Edición especial
Por una visión de largo plazo
Avances y retrocesos del comercio exterior argentino en clave de la constante falta de planificación
Emiliano Galli
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
15° aniversario / Los cambios del organismo de control
"Lo que se hizo es un proceso irreversible"
La directora de Aduanas destacó las inversiones en tecnología y aseguró que trabajarán más en inteligencia comercial
Florencia Carbone y Emiliano Galli
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
15° aniversario / Operación Marítima en Buenos Aires
El puerto espera las obras
Evolución y proyección de la principal terminal de contenedores del país
Luis Angel Diez
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
Consenso y diálogo para lograr una política portuaria
El 85% del comercio exterior se transporta por mar. Las líneas marítimas piden previsibilidad
Javier Dulce
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
15° aniversario / El modelo de los empresarios
La imagen de la importación
Se la asocia con bienes de consumo, pero el 70% va a la producción
Emiliano Galli
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
La agenda exportadora
Enrique Mantilla
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
15° aniversario / Brasil y la situación del Mercosur
Baile al ritmo de las crisis
La coyuntura es la que impone las reglas de juego con el país vecino
Dante Sica
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
Profundizar el debate
Félix Peña
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
15° Aniversario / Promoción y el péndulo de la inserción comercial
Un cambio cualitativo
La nueva manera en que se sale a vender a las empresas argentinas
Marcelo Elizondo
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
Tras el justo medio, lejos de excesos y defectos
La crisis internacional demuestra la importancia de fijar una estrategia nacional
Enrique C. Barreira
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
15° aniversario / Desafíos para la hidrovía
La meta sigue fija en lograr los 40 pies de calado
Así, los buques saldrían con la bodega completa y se bajarían los fletes, mejorando el precio que recibe el productor
Pablo Ferres
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
15° aniversario / Infraestructura
Costos y beneficios de los corredores bioceánicos
Se pusieron de moda con el crecimiento de Asia y la tentación de llegar allí por el Pacífico
Antonio Zuidwijk
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
EDITORIAL
Exclusión escolar y futuro social
Según una medición de la UCA, un elevado porcentaje de chicos pobres sufren deficiencias educativas. Esta situación exige medidas efectivas porque afecta su futuro y el de la sociedad.
CLARIN
Educar contra la pobreza
Guillermo Marcó
LA NACION
Publicidad y marketing / Avisos, campañas, agencias
Semestre intenso para el marketing
Alberto Borrini
Para LA NACION
Superado un primer semestre ingrato, las expectativas de los operadores publicitarios se trasladaron al segundo, tradicionalmente el más intenso y rendidor del año.
Mientras las marcas renuevan su material para sumarse al impulso decisivo y las agencias ponen a punto sus elencos, algo diezmados por la crisis, para atender las demandas de sus clientes, las entidades del sector se encargan también de insuflar energía y entusiasmo a la actividad publicitaria y comunicacional.
Una de las iniciativas institucionales más relevantes fue la Bienal Argentina del Punto de Venta (Point of Purchase o PoP), que se articuló a través de una PoP Zone de más de 3600 metros cuadrados y un certamen en el que compitieron las mejores piezas de marketing directo y merchandising del período.
La Bienal se realizó entre el 26 y el 28 de agosto, y se constituyó en el centro de atención de todos los profesionales. El Grand Prix Popai lo obtuvo un desarrollo de la firma Encapa, realizado para Kraft; debió su elección a un "diseño innovador, creado íntegramente en cartón, que reproducía un avión a escala e invitaba a vivir una experiencia de compra temática".
Según Jorge Irazu, de Team-Q, el actual desafío del PoP "es trasladar su cultura de los grandes centros urbanos al resto del país, donde los clientes son las redes comerciales del sector agroindustrial".
El certamen Buenos Anuncios, de la Cámara de Anunciantes -en el que triunfó el anuncio "Hombre de chocolate", de VegaOlmosPonce para Axe-, y la Bienal del Pop prácticamente abrieron el segundo tramo de la temporada de eventos. El próximo paso es el Foro Latinoamericano de Marketing Directo e Interactivo, por realizarse pasado mañana en el hotel Panamericano.
Una expresión de Carlos Giménez Vetere, presidente de la entidad convocante, la Asociación de Marketing Directo e Interactivo de la Argentina (Amdia), dicha en el contexto de un año que califica de "muy particular", podría tomarse como el eje del encuentro: "El marketing no es sólo creatividad, también es retorno de la inversión".
La charla de Brent Leary, uno de los responsables de la comunicación digital que tanto colaboró en el triunfo de Barack Obama, es probablemente la que concita más interés. La campaña del candidato demócrata cambió la manera convencional de vender un político, pero no son pocas las empresas que se aprestan a ensayar soluciones parecidas.
Entre el 14 y el 16, se realizará el 25° Congreso Internacional de Marketing Financiero y el 8° Workshop Latinoamericano en el Sheraton Libertador y, a fin de mes, el miércoles 30, tendrá lugar en el Tattersal de Palermo la entrega de los premios Effie, cuya sesión de jurado, presidida por Alberto Pizzi, director del Cono Sur de Kraft Foods, se realizó hace un par de semanas. Quedaron en carrera 38 participantes. La particularidad del Effie es distinguir a las campañas más efectivas.
Una de las estrellas de la agenda del período es la 28a edición del premio Mercurio de la Asociación Argentina de Marketing. El "premio mayor del marketing" está en vísperas de entrar en el laborioso capítulo de selección del material presentado.
El FEPI (Festival Publicitario del Interior) se asentará esta vez en Mar del Plata, del 23 al 25 de este mes. Responde a una genuina necesidad de trascendencia de mercados publicitarios muy activos, pero poco conocidos a nivel nacional.
La agenda de eventos contempla, antes del cierre del año, la elección de los premios Diente, que otorga el Círculo de Creativos Argentinos, y la realización de varios festivales, como El Ojo de Iberoamérica y el Dossier, de la editorial homónima. La trayectoria profesional y personal es el eje de los premios Golden Brain, de la Fundación Atacama, cuyo desenlace precederá también al del Diente de los creativos.
Fuente: LA NACION (ir)
15° aniversario / Edición especial
Por una visión de largo plazo
Avances y retrocesos del comercio exterior argentino en clave de la constante falta de planificación
Emiliano Galli
LA NACION
FOTO: FABIAN MARELLI/ILUSTRACION: ANDRES PEREZ BRITEZ |
Los griegos antiguos, a los que les fascinaba el juego del por qué de todo, estarían encantados en la Argentina. Por ejemplo, Heráclito ("el del río", que decía que nadie puede bañarse en el mismo río dos veces, porque su agua fluye permanentemente), vería cómo se confirma su idea sobre el cambio permanente: gobierno que llegó al país en los últimos 15 años, gobierno que cambió todo lo hecho por el anterior, en su afán "fundacional". Casi un "eterno devenir".
Está Parménides también (quien sostenía que el Ser "es" y no puede "no ser", y que el "no ser" no es y no puede "Ser"), vería también con agrado cierta permanencia, inmutable, en la política argentina. Pero por la negativa: la falta de un modelo, de una planificación, de una visión de largo plazo. Este "no ser", o ausencia de política de largo aliento, caracterizó a las administraciones, que volvían a Heráclito: al cambio permanente.
En estos últimos 15 años, el Suplemento de Comercio Exterior jugó al espejo de cualquiera fuera la realidad imperante. Y el archivo, arroja cosas curiosas.
"La Argentina necesita puertos cada vez más eficientes para incrementar las exportaciones y sostener el crecimiento económico en los próximos años". El concepto sigue siendo actual y abría la primera edición de esta sección, el 6 de septiembre de 1994, bajo el título "Costos portuarios". Ese año, se privatizaba el puerto.
La selección de hechos del comercio exterior, de los últimos 15 años, es de por sí caprichosa y excluyente. La Argentina, como señala Enrique Barreira en estas páginas, se subió al péndulo y osciló entre la apertura y el comercio administrado.
Se vio nacer a la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 1995, y se asistió al fracaso de Seattle de 1999, y al optimismo de que el libre comercio y el fin de los subsidios de los países centrales propenda por fin al desarrollo y al fin de la pobreza de los países menos adelantados en Doha, en 2001. Y se asiste a la esperanza de que en algún momento la Ronda del Desarrollo culmine.
Se vio cómo el Mercosur se hacía una realidad comercial y multiplicaba las exportaciones argentinas, pero también cómo se estancaba hacia adentro (sin lograr ni la zona de libre comercio ni la unión aduanera) y hacia afuera (en 1999 empezaba el diálogo con la Unión Europea por un acuerdo integral, hoy estancado).
Se asistió al auge de las zonas francas, en 1996, y a su caída, 10 años más tarde, usadas como depósitos para dilatar el pago de tributos, y olvidadas por la falta de apoyo estatal. Nuevos puertos nacían, como el de autos en Zárate, que agregó contenedores en 1998, y su desarrollo se postergaba años después con normas que limitaban la eslora de los buques por el Paraná.
Se notó crecer el puerto de Buenos Aires, con más un millón de TEU hacia 1998. Y comenzó a avizorarse la congestión y a un Uruguay competitivo, que en 1999 ya captaba 7000 TEU que debían venir a Buenos Aires. Diez años después, Exolgan anunciaba inversiones en muelles y grúas, y La Plata comenzaba a seducir, de nuevo, con una terminal de contenedores.
Desde 1995 se sucedieron las crisis (en México, en el sudeste asiático, en Rusia y en Brasil, dando cuenta que la globalización había llegado para quedarse) y marcaron dos hitos que se vislumbraron en el nuevo siglo: la internacionalización de las cadenas productivas de valor, y el surgimiento de China, que desde que ingresa a la OMC en 2001, no paró de acaparar inversiones, inundar al mundo con sus exportaciones y hacerse fuerte en reservas para que, en 2008, con la última gran crisis, pudiera seguir creciendo, ahora con su mercado interno.
Mientras China entraba en la OMC, la Argentina entraba en su gran crisis económica. El financiamiento para el comercio exterior fue una anécdota. En 2002, volvían las retenciones al país. La devaluación creó una masa de pymes ansiosas por capitalizar el nuevo tipo de cambio y, cinco años más tarde, abandonaban los mercados externos porque el mercado interno se había recuperado. Ya en 2004, el banco de inversión Goldman Sachs, en su afán por marcar tendencia, crea la sigla más marketinera del comercio mundial de los últimos años: el BRIC (Brasil, Rusia, India y China), países que serán potencia en 2050.
En 2005, se posterga el anuncio del Master Plan 2030 del puerto de Buenos Aires, que incluía 33 obras e inversiones por US$ 135 millones. Surge la ley de consorcios de exportación, que no pudieron prosperar porque el crédito siguió siendo una anécdota. Comienza a reactivarse la industria naval, y se anuncia, en 2006, el leasing naval que permitiría más de 100 barcazas (y ningún buque) graneleras y tipo tanque, para captar el potencial cerealero y mineralero aguas arriba del Paraná.
La Argentina y Brasil estrenaban, en 2006, el mecanismo de adaptación competitiva (MAC) para regular flujos que amenazaran con daños a las industrias. Brasil ya había despegado. El mundo crecía en 2007, la Argentina lo aprovechó. Acumuló buenos años de crecimiento. En 2008 sobrevino el baño de realidad con la amenaza de recesión en Estados Unidos. El desacople que no fue. La crisis del campo. Las restricciones...
Y el potencial argentino, inmaculado, que en quince años podremos contar cómo se hizo realidad.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
15° aniversario / Los cambios del organismo de control
"Lo que se hizo es un proceso irreversible"
La directora de Aduanas destacó las inversiones en tecnología y aseguró que trabajarán más en inteligencia comercial
Florencia Carbone y Emiliano Galli
LA NACION
Tirabassi sostuvo que la corrupción es un tema prioritario - Foto: Mariana Araujo |
Silvina Tirabassi cree que el ingrediente fundamental para que la Aduana funcione bien es que ahora saben qué tienen que controlar.
La actual directora general de Aduanas, que se sumó al organismo hace 15 años, recuerda que en aquellos días era la única abogada.
Cuando se le pide que haga un balance del período, habla de un cambio cualitativo y enumera, entre otras cosas, la profesionalización, las mejoras salariales y un cambio en las condiciones generales de trabajo fruto, dice, de la decisión del Gobierno -desde la gestión de Néstor Kirchner, en 2003- de tratar al área como una política de Estado.
"Es el primer gobierno que puso al frente de la Aduana a gente de carrera que, obviamente, comparte el proyecto político, pero es de carrera. Ahora tenemos en claro cuáles son las prioridades: para quién y qué controlás, y una vez fijado eso podés ver si tenés las herramientas suficientes", dijo.
-¿Antes no sabían qué controlar?
-Antes la Aduana decía que era un organismo de control y que tenía que controlar todo, pero ese no es el objetivo. Después se planteó que no hay que controlar lo que es seguro, y el perjuicio económico que se genera al detener a un contenedor que es confiable. Fue así como logramos reducir el canal rojo de 30% a 9%. Antes el azar era un 3%. Hoy es cero porque el factor sorpresa es lo que menos nos atrae, es desgastante. Trabajamos sólo con inteligencia.
-¿Qué problemas les provocaba no trabajar con parámetros de inteligencia comercial?
-No critico sino cuento cómo evolucionó todo. Por ejemplo, una comisión de selectividad se reunía una vez por mes y analizaba qué mercadería se podía poner en canal rojo, qué operador era de riesgo. Hoy estamos cargando y descargando reglas constantemente. Un canal rojo implica que atrás tiene que haber información para evitar la discrecionalidad. Hoy sale un alerta que dice: Presunción narcotráfico o Fraude marcario. Si hay una presunción narcotráfico, mandás perros, controlás, escaneás, fondeás el medio de transporte. El gran desafío de una aduana es tener en claro cuál es la prioridad de ataque, que es lo que da el Gobierno. La prioridad es narcotráfico, fraude marcario, mercaderías que afectan la salud y seguridad de la población.
-¿Eso es en la Argentina?
-Sí, se fijaron por decreto esas prioridades de ataque, pero en el mismo rango está la facilitación, agilizar el comercio seguro.
-¿Cuál sigue siendo el Talón de Aquiles de la Aduana?
-No lo analizo como un problema, porque si fuera que tenés algo que no tiene solución, no podés gestionar y te vas. Sí hay muchos desafíos, como profundizar este esquema de control y que el cambio sea permanente.
-Hay cosas que algunos actores del comercio siguen anotando como materias pendientes, como el tema de la corrupción entre controladores, guardas, maniobras no tan claras para agilizar ciertos trámites...
-La corrupción es un tema prioritario nuestro y de la OMA. Lo planteamos de dos maneras. Hay una ley, si detectás corrupción tenés que denunciarla. Tenemos casos que ha denunciado la propia Aduana, pero a lo que apuntamos es a la integridad. Con sistemas informatizados, con que cada vez haya menos informalidad, con rotaciones, con capacitación, con sueldos que hoy son muy buenos.
-¿Qué Aduana ve en 2024?
-Todo lo que se hizo es un proceso irreversible. No creo que siquiera el sector privado admita que con otra administración puedan decir: vamos a controlar un 50% más todo. Ya se sabe cuáles son las reglas de juego que son objetivas, técnicas. Ahora lo que estamos haciendo es poner más foco en la logística, reforzar los lugares operativos de la Aduana, que es nuestra cara menos conocida, bajar costos, invertir en un lugar operativo donde no hay aduana para que desde ahí se pueda empezar una operación y terminarla. Creo que el desafío a 15 años es lograr mismas condiciones logísticas de seguridad en todos los puntos económicos importantes del país.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
15° aniversario / Operación Marítima en Buenos Aires
El puerto espera las obras
Evolución y proyección de la principal terminal de contenedores del país
Luis Angel Diez (*)
Para LA NACION
El ensanche del canal de pasaje está entre las prioridades - Foto: Fernanda Corbani
Luis Angel Diez - Foto:Fernanda Corbani
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La transformación del puerto de Buenos Aires comienza a paritr de 1992 con la ley de actividades portuarias Nº 24.093, que permitió el concesionamiento privado de las terminales. Las fuertes inversiones en equipamiento de última generación y las mejoras estructurales realizadas permitieron incrementar el movimiento de contenedores de 250.000 TEU (unidad de medida equivalente a un contenedor de 20 pies) en 1992 a 1.187.500 en 2008.
Esta reactivación dio lugar a un mayor movimiento de camiones en las proximidades del puerto, problema que se agudiza en las horas pico y que debe resolverse con la demorada obra de vinculación de la autopista Buenos Aires-La Plata con la Presidente Illia, que está fuera de la órbita de esta administración.
Para solucionar los problemas dentro de la jurisdicción portuaria y potenciar los logros obtenidos, esta administración elaboró el Programa de Desarrollo Portuario 2030, en respuesta a las crecientes demandas operativas y logísticas impuestas por las nuevas generaciones de buques, la expansión de la ciudad sobre el puerto y la necesidad de dimensionar al puerto en función de su crecimiento futuro. Dicho plan apunta a consolidar al puerto de Buenos Aires como primer centro de movimiento de contenedores del país.
Obras
Para ello, se mejorarán los accesos náuticos, viales y ferroviarios, así como también las condiciones de seguridad para la navegación en el interior del puerto y en los 12 kilómetros del canal de acceso, al tiempo que se incrementarán las áreas operativas y logísticas.
Entre las principales obras en ejecución se pueden citar, por un lado, el dragado de adecuación del interior del puerto, que comprende el ensanche y profundización a 33 pies del círculo de maniobras en el antepuerto Norte y del canal de pasaje por un monto aproximado de $ 60.000.000, y por el otro, los nuevos accesos ferroviarios (primera etapa), que permitirán recuperar este transporte -hoy sólo representa el 5% de la entrada y salida de contenedores- para lo que se invertirán $ 35.000.000, lo que reducirá los costos del transporte, descongestionará el tránsito en Retiro y ayudará a minimizar la contaminación sonora y ambiental.
La segunda etapa de los nuevos accesos ferroviarios incluirá la construcción de una estación de transferencia para descargar formaciones completas de 40 vagones de 15 metros de largo cada uno. Tendrá una capacidad operativa de 170.000 contenedores por año.
Por otro lado, se encuentra en estudio la modificación del tercer espigón para permitir el ingreso de buques de más de 265 metros de eslora a la Dársena B y facilitar el amarre de dos buques de 300 metros de eslora en muelle de la Dársena C Sur. También está en estudio el ensanche de la bocana de acceso al puerto, para mejorar las condiciones de seguridad de los buques de mayores dimensiones, lo que permitiría que enfilaran más rápidamente y con mayor margen al canal de acceso.
Debe mencionarse, además, la construcción de una terminal de cruceros definitiva sobre el antepuerto Norte, con muelles aptos para recibir hasta seis cruceros en forma simultánea, habida cuenta del extraordinario aumento en número, capacidad y dimensiones de estos buques en los últimos años.
Más superficie
No pueden dejar de mencionarse las obras de relleno de espejos de agua para aumentar la superficie del puerto, parte de las cuales están contempladas en el pliego de concesión de la futura Terminal 6 -próxima a licitarse- que permitirán aumentar en 50 hectáreas la superficie portuaria, con tres muelles adicionales para buques de gran porte.
Otro proyecto, de inminente comienzo está vinculado a la prestación de la logística portuaria, que se encara en 17 hectáreas ganadas al río. Asimismo, se están elaborando las bases para el desarrollo de una zona de actividades logísticas que se localizaría en 100 hectáreas del Mercado Central de Buenos Aires, entidad con la que se celebraría un convenio en tal sentido.
Por último, es importante destacar la principal obra en desarrollo en materia de seguridad portuaria: la Solución Global de Videovigilancia, que demandó una inversión de $ 3.000.000 y que permitirá visualizar en tiempo real los puntos estratégicos del puerto mediante 117 cámaras, y la construcción de un edificio inteligente como centro de control del sistema.
(*) El autor es interventor de la Administración General de Puertos.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
Consenso y diálogo para lograr una política portuaria
El 85% del comercio exterior se transporta por mar. Las líneas marítimas piden previsibilidad
Javier Dulce (*)
Para LA NACION
Se logró mucho desde la década del 90, basta con analizar el crecimiento del comercio exterior y saber que el 85% de las exportaciones y las importaciones se transporta por agua, y destacar las cosas que se han hecho bien.
La adecuación y mantenimiento de la vía troncal del río Paraná es uno de los mayores logros, que potenció el desarrollo de su hinterland [área de influencia] y la instalación de importantes complejos portuarios en San Lorenzo, Rosario, Zárate y Campana, permitiendo transportar cosechas que crecieron de 40 millones de toneladas en 1994 a 75 millones en 2007. Gracias a esta obra, más buques y más grandes pudieron transitarla, junto con más barcazas con carga de terceros países que transbordan en puertos argentinos.
Observamos un cambio fundamental en las instalaciones portuarias ya sea por inversiones privadas como por concesiones públicas. El puerto de Buenos Aires, una vez declarado "puerto sucio" pasó a tener un equipamiento y operatoria comparables con las de los puertos más eficaces del mundo, a partir de las concesiones de 1994 en Puerto Nuevo y de Dock Sud en 1995.
En 1994, un buque portacontenedores operaba 2100 TEU y hoy operan barcos de 7000 TEU, algo impensado hace quince años.
Otros logros: la instrumentación del Sistema María en la Aduana, la desregulación del servicio de practicaje y el avance logrado por la Prefectura Naval, gracias al cual podemos seguir la posición de los buques en tiempo real.
Los problemas
Pero no todo ha sido perfecto en estos 15 años. Pasamos por la crisis más profunda de nuestro país en 2001 y hoy estamos inmersos en la peor crisis mundial desde los años 30.
El desarrollo de la vía troncal en el Paraná no se acompañó con obras complementarias que quedaron fuera de la concesión: hay accesos portuarios y muelles que no tienen la misma profundidad de la vía troncal y limitan el calado máximo de los buques, generando un cuello de botella. A esto se suman la falta de zonas de cruces y fondeo a igual profundidad, que agrega más costos al aumentar el tiempo de navegación.
El alza de las tarifas de peaje en dólares a partir de la crisis de 2001 generó fuertes asimetrías: un buque que entra a Buenos Aires paga el 60% de la tarifa del que entra en San Lorenzo pero navega sólo una tercera parte de la hidrovía. Hay buques que su por su diseño no utilizan la profundidad máxima disponible pero pagan la tarifa como si lo usasen.
No se logró una mejora continua de la infraestructura terrestre y los accesos portuarios no acompañaron el desarrollo de los puertos. No disminuyó la burocracia y tampoco conservamos la competitividad de nuestro sistema portuario mediante tarifas estables.
El sector es afectado permanentemente por conflictos gremiales que afectan la confiabilidad de los puertos y por ende del comercio exterior.
¿Cómo solucionamos estos problemas? Las crisis pasarán y retomaremos el crecimiento. Debemos prepararnos para atender mayores volúmenes de carga y buques de mayor tamaño, en eslora, calado y manga. Los volúmenes alcanzados en 2008 deben servir como punto de partida para lo que nos espera.
El camino para solucionar todos estos problemas es el del diálogo. Es una obligación de todos los actores del comercio exterior, autoridades y trabajadores consensuar una política portuaria nacional, que nos muestre hacia dónde vamos en los próximos 10 o 15 años, donde comprendamos que el bien de muchos es mejor que el bienestar de pocos.
(*) El autor es presidente del Centro de Navegación.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
15° aniversario / El modelo de los empresarios
La imagen de la importación
Se la asocia con bienes de consumo, pero el 70% va a la producción
Emiliano Galli
LA NACION
Para Santisteban, los consumidores subsidian el proteccionismo - Foto: RODRIGO NESPOLO |
"No logramos que la dirigencia política, empresarial y la gente común entienda el rol que tienen las importaciones en el país", reconoció Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina, de la que fue titular 14 de los últimos 15 años.
Dice que hay una herencia cultural como de "vivir con lo nuestro" o de "desarrollo industrial a partir de la sustitución de importaciones", en que "importado" es sinónimo de "destrucción de empleo local".
De esta manera, la memoria selectiva opta por priorizar daño por sobre beneficio respecto del impacto en la economía.
Y en esta elección, por inconsciente que sea, quedan solapados datos como que el 70% de lo que se importó en los últimos 15 años fue a la producción o a la industria como bienes de capital; el 75% de la maquinaria industrial es importada; con insumos importados, como el mineral de hierro, el cacao, la goma laca o las drogas básicas la Argentina se convirtió en un jugador importante en las industrias siderúrgica, de golosinas, de caucho y farmacéutica, respectivamente. "En el imaginario, lo importado se asocia al consumo de todos los días, a la electrónica, a la ropa", dice.
Con la vista parcial imperante, gobiernos como el actual pueden "atacar" la importación con licencias con el argumento de que se protege el mercado interno. Lo cierto es que las importaciones con restricciones (según la CIRA, el 12% del total, y para el Gobierno, el 8%), cayeron un 30% con la crisis. Las no afectadas se desplomaron un 50%. "¿De qué me preocupo como autoridad económica? Seguro que no del 88% restante, que significa menos maquinaria, menos insumos para la producción, menos inversión y, al final, menos empleo", aseguró.
"Sólo una mente afiebrada puede pensar que los excedentes de producción, productos fuera de temporada, de China, Europa o Estados Unidos, vendrán, subfacturados, en barcos a invadir la Argentina, un mercado de 40 millones de habitantes", ilustra el directivo.
-¿Puede considerarse la apertura de los 90 un logro?
-En parte. Pero se fraguó con la ambición política. Hace 15 años, en 1994, cuando se agotaba el modelo del 1 a 1, la ambición de la reelección tiró por la borda los conceptos de desregulación, apertura y flexibilización que se habían logrado.
-¿Cómo se trabaja de acá a 15 años?
-Construyendo un modelo de país, analizando claramente qué se quiere proteger, si las industrias que nunca podrán competir, como los plasmas que se arman en Tierra del Fuego o las que tienen ventajas para agregar valor y exportar, como el maíz y la soja convertidos en carne de pollo y cerdo. Toda protección significa que el consumidor paga más caro un producto porque subsidia a la industria protegida. Pasa en Europa, donde el pan, la carne o el yogur son carísimos por los subsidios agrícolas.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
La agenda exportadora
Enrique Mantilla (*)
Para LA NACION
Enrique Mantilla |
En 1994 finalizó la Ronda Uruguay que originó la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se firmó el Protocolo de Ouro Preto que fortificó al Mercosur. Pero el contexto de 1994 se evaporó: el Mercosur se bilateralizó y la Ronda Doha de la OMC iniciada en 2001 está empantanada. El mundo asiste a un cambio estructural financiero y comercial.
Tres elementos caracterizaron la exportación entre 1994 y 2009:
* Una especialización concentrada en productos intensivos en recursos naturales con un grado relativo de bajo procesamiento donde los complejos oleaginoso, cerealero, petrolero, petroquímico y el cobre explican el 50% de la pauta exportadora.
* La volatilidad de los instrumentos utilizados, su clara subordinación a otras necesidades macroeconómicas y la dificultad de cumplir con normas del Mercosur y del GATT.
* Protección para sectores industriales sensibles, sin prioridades estratégicas de especialización productiva, pero que introducen un sesgo defensivo en las negociaciones comerciales externas.
La evolución de las exportaciones se divide en los períodos 1994-1998 (14% de aumento); 1999-2001 (6,7%); 2002-2006 (16%); 2007-2008 (22,5%), y 2009, con una caída del 21%.
En 1994-1998, el impulso más importante para el crecimiento fue el Mercosur. Con la crisis asiática y la devaluación del real, en 1999 las exportaciones caen pero vuelven a crecer hasta 2001 a una tasa inferior. Caen en 2002 pero se recuperan por el efecto devaluatorio y un mercado mundial favorable. El fuerte dinamismo vuelve en 2002-2006, que salta de escala entre 2007 y 2008 por el efecto precio de las commodities .
Los desafíos que enfrenta el sector es multidimensional. Por un lado, se imponen derechos de exportación y en algunos casos clave del agribusiness se estableció un sistema de registros no adaptado a las normas del Mercosur y del GATT-94. Por el otro, el crecimiento mundial pasará por el Asia y emergentes como Brasil. Aquí queda planteado el dilema de una buena demanda de alimentos, minerales y combustibles con una fuerte competencia en bienes de alto valor agregado.
Por el otro, la ecorrestructuración implicará una fuerte demanda de inversiones en innovaciones que sean favorables al medio ambiente. Se segmentarán los mercados. Aparecerán nuevas demandas y oportunidades. El fortalecimiento financiero de las empresas es la clave para afrontar este desafío. Por último, las nuevas regulaciones del sistema financiero elevarán el costo del capital.
Por eso la elaboración de una Agenda Sistémica de Competitividad Global es una respuesta que está al nivel del desafío. El problema es que el debate, hoy, está muy concentrado en cuestiones de corto plazo.
(*) El autor es presidente de la Cámara de Exportadores (CERA).
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
15° aniversario / Brasil y la situación del Mercosur
Baile al ritmo de las crisis
La coyuntura es la que impone las reglas de juego con el país vecino
Dante Sica (*)
Para LA NACION
La crisis define el comercio y la relación bilateral entre la Argentina y Brasil. Expansiones seguidas de contracciones y acuerdos que impulsaron inversiones para luego frenarse o ejecutarse parcialmente marcaron el paso de la relación. La coyuntura le puso la música en el baile de esta pareja.
El comercio bilateral se expandió con el Mercosur por la reducción de aranceles y la interdependencia de ambas economías. Las expectativas que despertaba el nuevo bloque motivaron inversiones de los países centrales, lo que incentivó aún más el comercio intrazona. Ya entonces se les dio un tratamiento diferenciado a los sectores sensibles de cada país con el Régimen de Adecuación Comercial.
El fin
El fin de esta expansión comercial e institucional llegó con la crisis de los países emergentes y su repercusión en la devaluación brasileña de 1999 y en la recesión argentina (1999-2002), que signó hasta nuestros días la relación bilateral mediante el fuerte incremento en la brecha de competitividad entre las industrias de la Argentina y Brasil.
En el nuevo período de crecimiento (2003 y 2004) creció la conflictividad por la disputa por tener mayor participación en un mercado local en rápido crecimiento. La buena voluntad de ambos países permitió resolver paulatinamente las disputas.
La distensión llegó en 2005 gracias a los buenos resultados de la Comisión de Monitoreo del Comercio Bilateral. Y a pesar de que la balanza comercial se hizo cada vez más deficitaria para nuestro país el comercio creció hasta 2008 con una conflictividad reducida.
Además, el crecimiento argentino redujo las brechas macroeconómicas y la sintonía política entre ambos países fue muy buena. Entre 2003 y 2008 el comercio bilateral se incrementó 233% (de 9295 millones a 30.956 millones de dólares) y crecieron más las importaciones (276%) que las exportaciones (189%).
Apareció un nuevo eje en la relación: las inversiones directas, gracias a la creciente internacionalización de las empresas brasileñas, que será determinante en el futuro, porque Brasil no tiene margen para seguir creciendo en el mercado argentino y porque son inversiones significativas para la Argentina, que, en los últimos años, sufrió una retracción de las que provenían de los países centrales. Desde 2003, la inversión brasileña representó el 20% del total recibido.
Se esperaba que en esta nueva era de expansión se avanzara con los temas pendientes de la integración. Pero no pasó, y ahora será mucho más difícil en un contexto recesivo y en un mundo teñido por un rebrote de medidas proteccionistas. El comercio bilateral cayó 32,5% en los primeros siete meses de 2009.
En la Argentina, el conflicto con el campo, la estatización de las AFJP y la desconfianza en las estadísticas oficiales decantaron en una salida neta de capitales que debió financiarse con el saldo de la balanza comercial, porque el país está marginado de los mercados de capitales. En Brasil, la crisis causó un drenaje de divisas que depreció un 60% al real, empeorando la relación cambiaria.
La Argentina apostó a la restricción de las importaciones que afectaron sobre todo a Brasil. Volvió a crecer la conflictividad, asentada en distintas percepciones del conflicto: para la Argentina, las medidas eran una forma de compensar el escaso avance en la integración que provocó un elevado déficit en el comercio industrial. Para Brasil, negociar en los mismos sectores era y es un retroceso.
Pasos por seguir
La agenda actual pasa por la operatividad del sistema de licencias, la continuidad y monitoreo del cumplimiento de los acuerdos sectoriales, el análisis de eventuales desvíos de comercio y el seguimiento de las medidas de defensa comercial. Estas negociaciones se darán en un contexto preelectoral en Brasil, y algunos reclaman no ser tan blando con la Argentina.
La crisis actual hizo perder parte del terreno ganado no sólo en materia de intercambio comercial, sino en el tratamiento diferenciado para los sectores sensibles.
Hace falta analizar formatos y mecanismos, pero lo que más hace falta es consolidar las estructuras de consulta y toma de decisiones en el marco bilateral, para que los socios más importantes del Mercosur no terminen siempre bailando al ritmo que imponen las crisis.
(*) El autor es economista y director de abeceb.com
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
Profundizar el debate
Félix Peña (*)
Para LA NACION
Félix Peña |
"El Mercosur anda rengo y a la miseria". Lo dijo José Mujica, candidato presidencial del Frente Amplio en el Uruguay. Ilustra una sensación dominante. Resulta difícil explicar hoy cuál es la relevancia actual del Mercosur. Se observa mucho escepticismo. Puede ser uno de los factores que explique el diluido interés europeo en las negociaciones comerciales iniciadas hace años.
Además, profundos cambios han operado en el mundo y en la región desde que el Mercosur fue concebido. Los socios tienen hoy múltiples opciones en el escenario global. Y el entorno regional se ha vuelto más denso, diversificado y, por momentos, fragmentado.
Desde su origen el Mercosur tiene un profundo sentido político y estratégico. Evoca la idea de una región de paz, democracia y estabilidad política. Un barrio de socios y no de potenciales adversarios. La idea central fue, además, plasmar la alianza estratégica en un proyecto común. Centrado en la relación bilateral entre la Argentina y Brasil, el proyecto fue abierto a Paraguay y Uruguay. Chile fue convidado. Prefirió no participar, al menos como miembro pleno. La incorporación de Venezuela no se ha completado aún.
Se lo concibió como un proyecto con múltiples desdoblamientos, pero uno es central. Consiste en enhebrar una amplia preferencia económica -no sólo comercial- entre los socios. Su instrumento es el mercado común. Y se definió como principio central el de la reciprocidad de derechos y obligaciones. Esto es válido tanto para el acceso a los respectivos mercados, como para las condiciones bajo las cuáles sus empresas pueden operar en ellos, incluyendo las compras públicas. Negociar juntos frente a terceros países, fue considerada una consecuencia natural del proyecto. Dos frentes negociadores simultáneos fueron privilegiados: el de la entonces Comunidad Europea y el de los Estados Unidos.
Casi veinte años después, el Mercosur preserva en el plano político y estratégico su razón de ser original. Casi nadie lo cuestiona. Los resultados han sido menos notorios en la traducción de la idea estratégica en un proyecto común. Especialmente en la concreción de la preferencia económica entre los socios. Hay por cierto preferencias comerciales que permiten discriminar frente a terceros en sectores relevantes de la economía. Pero también hay precariedades en las reglas que se suponía constituían seguros contra el proteccionismo y, como tales, factores que inducían a concretar inversiones productivas en función del mercado ampliado. En los hechos favorecen al Brasil.
De ahí que estando aún vigente la idea estratégica fundacional, es recomendable profundizar un amplio debate sobre cómo seguir construyendo el proyecto común y sus modalidades y alcances. En aras de recuperar su futuro, el Mercosur requiere un debate más metodológico que existencial. No es recomendable caer en la tentación de comenzar desde cero. Lo inteligente será capitalizar experiencias y seguir construyéndolo a partir de activos acumulados.
(*) El autor dirige el Instituto de Comercio Internacional de la Fund. Standard Bank.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
15° Aniversario / Promoción y el péndulo de la inserción comercial
Un cambio cualitativo
La nueva manera en que se sale a vender a las empresas argentinas
Marcelo Elizondo (*)
Para LA NACION
Marcelo Elizondo |
Algunas personas dicen que la palabra de más difícil definición es "tiempo". Se la identifica con época y con momento u ocasión. Si exploramos los últimos tres lustros en materia de promoción comercial externa de productos argentinos, vemos que ha transcurrido mucho.
Por un lado, porque las sumas referidas a exportaciones variaron de modo increíble. En 15 años las ventas pasaron de menos de US$ 15.000 millones al año a más de 70.000 millones. Pero, por otro, porque también cualitativamente cambió de manera notable -además de la composición de las exportaciones- la actividad de relacionamiento comercial internacional.
Roger Kaufman, en Strategic Thinking , señala que las empresas tienen en su accionar fines y resultados, y que las diferencia entre ellos son las necesidades; y que es una equivocación confundir esas necesidades con los instrumentos para satisfacerlas. La promoción comercial externa debe diseñar instrumentos pensando en las necesidades.
Es un error creer que un subsidio para abaratar costos para participar en una feria es algo que una empresa "necesita". Necesita éxitos comerciales. Mientras que antes se pensaba en outputs -lo que una empresa envía al mundo-, ahora pensamos en outcomes -el efectivo impacto que generó en el cliente-. La necesidad está en los resultados y los medios varían según las características del mercado, la estrategia de la empresa, etc.
Antes, probablemente se confundían necesidades con medios. Hoy se trabaja pensando en adecuarse a las diferencias entre los mercados, condiciones de la industria, restricciones legales, etc. Se precisa trabajar más que en la promoción en la inserción, que consiste en trabajar juntos, la empresa, el organismo que asiste en el desarrollo de mercados y el cliente externo potencial, para que el producto promovido ingrese en cadenas en las que permanezca.
Hay logros en estos años: son muchas más las empresas que aceptan el convite; la presencia argentina es más calificada. Por supuesto, hay que corregir algunas consecuencias de la buena intención de actuar cada vez más: hay aún cierta superposición o dispersión de esfuerzos que se va percibiendo mientras actuamos.
Vienen tiempos más exigentes. Para obtener mejores resultados aún, hay que pensar más en satisfacer necesidades: lograr vínculos estables y virtuosos, y no meros contactos ocasionales, para nuestras empresas en el mundo a través de la detección de oportunidades y la asistencia para que puedan ser aprovechadas. Para ello, además de provisión de información, estamos trabajando para que generen conocimiento que permita ajustar procesos para llegar al mundo con innovación, productos para competir, comunicación para posicionarse y reputación para permanecer.
(*) El autor es director ejecutivo de la Fundación ExportAr.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
Tras el justo medio, lejos de excesos y defectos
La crisis internacional demuestra la importancia de fijar una estrategia nacional
Enrique C. Barreira (*)
Para LA NACION
Respecto de los avances en los últimos 15 años destaco dos iniciativas: una internacional y de carácter estratégico, y otra nacional y de corte táctico. La primera tiene que ver con el incremento del comercio generado en el Mercosur. Los naturales enfrentamientos entre los socios no impidieron su avance y su actual languidez no debe amedrentarnos. Vale la pena poner las máximas energías en su rectificación y solidificación.
La segunda es el desarrollo informático aduanero, realizado a través de diferentes administraciones con signos políticos opuestos, que cumplió cronogramas iniciados en 1993 para su puesta en vigor paulatina en todas las aduanas, a "prueba y error" y con buenos frutos.
La informatización demostró que las políticas pueden ser continuadas por las diferentes administraciones y que el esfuerzo da resultados: se disminuyeron costos y tiempos operativos y se agilizó el cobro de tributos.
Esa actitud -que debe extenderse a todos los ámbitos del Gobierno- requiere de objetivos nacionales claros, lo que conlleva terminar con la fatal oscilación pendular que deshace lo hecho antes.
Hace 15 años, el comercio exterior argentino estaba en uno de los extremos del péndulo: una apertura económica que buscaba la reducción de costos y alta competitividad. Se ató la moneda al dólar para dominar la inflación, se privatizaron empresas, se redujeron aranceles y se profundizó la desregulación del comercio exterior.
Rapidez
Pero se hizo tan rápido que no se permitió la adaptación de los operadores económicos, y causó el cierre de fábricas y desempleo. Para mantener la convertibilidad se incurrió en endeudamiento interno y externo que devino en el colapso de 2001. El péndulo pasó al otro extremo. En 2002 se restableció el control de cambios, se reinstalaron derechos de exportación, se incrementaron los de importación, se nacionalizaron empresas y se volvió al dictado de múltiples medidas de regulación. Luego de la bonanza por la devaluación, las medidas de restricción y el incremento del gasto público achicaron la economía, con la inevitable secuela de inflación y desocupación.
El péndulo certifica que los griegos tenían razón: la verdad no está el "áureo término medio", que consiste en metas que distan de excesos y defectos; que se alejen tanto de la apertura indiscriminada, privatización a cualquier costo y anulación del Estado, como de la estatización, aislamiento, atraso tecnológico, costos crecientes y ahogo de la iniciativa privada.
En 2009 afrontamos una crisis internacional cuyas consecuencias aún no se conocen. Salir inermes requiere no desperdiciar energías con más oscilaciones, detener el péndulo en un justo balance de intereses y fijar una estrategia nacional clara para las próximas décadas, reforzando la disponibilidad de alimentos y energía e invirtiendo en educación, investigación e innovación empresaria, factores en los que hay ventajas que no debemos desperdiciar ni permitir que se malogren. Para eso necesitaremos contar con administración y liderazgo eficientes, lo que debemos exigir con toda energía porque en ello se juega nuestro futuro.
(*) El autor es abogado y coautor del Código Aduanero Argentino.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
15° aniversario / Desafíos para la hidrovía
La meta sigue fija en lograr los 40 pies de calado
Así, los buques saldrían con la bodega completa y se bajarían los fletes, mejorando el precio que recibe el productor
Pablo Ferres (*)
Para LA NACION
Los problemas más gruesos y manejables que afectan nuestra competitividad surgen por ineficiencias en el transporte. Mejoramos mucho nuestra salida al mar desde que se concesionó la vía navegable, en 1995, y se pudieron contar una profundidad y una señalización mejores.
Pero estamos bastante atrasados porque necesitamos una profundidad de 40 pies de calado útil para poder sacar los buques panamax con bodegas completas de nuestras cargas. Así se evitarían otras escalas de completamiento y se reducirían los fletes a destino, que se trasladan al precio de pizarra, es decir, al productor. Como somos vendedores de commodities, tenemos que manejar los costos porque los precios se arman en destino.
Además, nuestra ubicación geográfica nos coloca a mayor distancia de los mercados mundiales respecto de nuestros competidores (Estados Unidos y Brasil). Esta situación nos obliga a seguir buscando mejoras que hagan más eficiente el transporte marítimo, dado que el 80% de nuestra exportación agrícola y de sus derivados transita la ruta del Paraná.
La concesión de la vía navegable fue un gran logro, aun cuando el atraso en lograr las profundidades necesarias dentro de los cronogramas originales es un costo que sobrellevamos. Pasar de los 32 pies logrados en 1997 a los 34 de 2005 llevó más de 7 años, cuando debería haberse hecho en 1 o 2 años.
Renegociación
Esperamos la conclusión de la renegociación con el concesionario para que empiecen a correr los plazos para llegar a 36 pies, que se deberían tener en 2011, y si se mantuviese el incremento de 2 pies por año podríamos contar con 40 pies en 2016. Sería la culminación de una etapa positiva.
Una mejora posible será lograr acuerdos para maximizar los beneficios de tener dos canales entre San Pedro y La Plata, que deberían ofrecer mayor profundidad y funcionar como un "sistema". El Paraná de las Palmas atrajo con éxito puertos. Con mayores profundidades, los graneleros cargados en los puertos del Gran Rosario deberían salir por el Guazú-Bravo y Martín García, y los de subida navegar por el Paraná de las Palmas hacia San Pedro y el Paraná Inferior.
Otro problema irresuelto en la hidrovía Paraná-Paraguay se refiere a las postergadas mejoras en los pasos y señalización. No hay ninguna mejora que alivie las bajantes, como las de los ultimos años.
El costo de la "chacra al puerto" es otro problema: se usa mucho el camión y poco el tren y la barcaza donde estos modos son posibles.
La situación del ferrocarril Belgrano Cargas, que no ha demostrado una recuperación en la capacidad de transporte, es una desventaja para las provincias que dependen de su red. La no concreción del anillo circunvalar de Rosario, pese a algunos tramos que se están construyendo, es un tema por resolver si se quiere mejorar la vida de la ciudad de Rosario, sacando de los trazados actuales las redes de carga y desocupando vías que podrían ser utilizadas por trenes suburbanos, liberando así valiosos terrenos ocupados por playas de maniobra que no son necesarias dentro de la ciudad pero que, a falta del Circunvalar, son inevitables para las operaciones de trenes en la zona de mayor carga ferroviaria del país.
Es muy positiva la pronta finalización de la esperada autopista Rosario-Córdoba, pero recordamos que se necesitan además mejoras en la ruta 33, en la 34 y en la segunda Circunvalación, la ruta A012.
Respecto de la expansión de los puertos privados, que arrancó en 1980 y se fue ampliando según las necesidades de la producción, cabe señalar que operaron en un marco de competencia y de eficiencia que los convirtió en grandes herramientas para bajar costos.
La cadena del Gran Rosario está preparada para manejar cosechas mucho mayores. Pero faltan mejores accesos a los puertos y se necesitan mejores y más caminos para acceder a la zona comprendida entre San Lorenzo y Timbúes, donde se da la mayor concentración portuaria.
Los problemas climáticos achicaron las últimas cosechas y afectaron la exportación, y por supuesto toda la industria y los servicios conexos a ese sector. Pero también vemos cómo los dirigentes del agro y del comercio granario indican que hay medidas que desalientan la producción. Esperamos que el clima mejore, que la sequía sea sólo un mal recuerdo y que las medidas del Gobierno sean enfocadas para dar estímulo a la producción.
(*) El autor preside la Cámara de Puertos Privados y Comerciales.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
15° aniversario / Infraestructura
Costos y beneficios de los corredores bioceánicos
Se pusieron de moda con el crecimiento de Asia y la tentación de llegar allí por el Pacífico
Antonio Zuidwijk (*)
Para LA NACION
Pocos temas que reciben tanta atención en la prensa sudamericana como los Corredores Bioceánicos (CB), pero pocas veces se encuentra información sobre estudios serios previos respecto de los costos y beneficios que dichas obras implican.
El término CB se inventó alrededor de 1992 en Brasil, cuando nació idea de desarrollar el "Corredor Bioceánico de Capricornio" entre Santos y Antofagasta, en Chile. Sería conveniente volver a leer qué es lo que movió a las autoridades brasileñas a promover ese supuesto CB, en una época que estaban llevando con un enorme éxito su frontera agraria hacia el norte.
Pero no se necesita ser experto para saber que lo que buscaban -y todavía buscan- son salidas para su enorme nueva producción a los mercados de Europa y de Asia. Mucho antes que la Argentina, ya sabía que la gran demanda para sus productos en el futuro vendría de Asia.
Nadie en Itamaraty, la Cancillería brasileña, pensaba que sería posible atraer flujos de cargas que iban a cruzar el continente sudamericano para evitar el paso por el Canal de Panamá y así agregar volumen a los flujos de cargas que pagarían las enormes obras.
Pero una vez que se instaló el nombre Corredor Bioceánico, comenzaron a ilusionarse cada vez más personas con la idea de ofrecer una alternativa al Canal de Panamá y ahora se escuchan increíbles declamaciones sobre supuestas cargas que transitarían por su CB, desde Manta en Ecuador, que pretende desarrollar uno hasta Manaos en Brasil, hasta el que se propone hacer de Comodoro Rivadavia a Chacabuco en Chile.
Es fácil demostrar que no se podrá bajar el costo del transporte desviando las cargas a tales trayectos que cruzan el continente sudamericano.
En la balanza
Comencemos entonces a sacar de todas las iniciativas de integración, la referencia a algún CB y empecemos a aclarar cuáles son las zonas económicas de la región que queremos integrar y cuáles serán los costos y los beneficios.
Una vez aclarado qué integración buscamos, debemos analizar los beneficios que realmente tendremos los argentinos y comenzar a prestarles atención a otras constantes declamaciones que se escuchan desde fines de los 90 sobre la conveniencia de exportar a Asia a través de puertos chilenos.
Al respecto hay que leer un estudio de la Cepal, de 2000 ("El potencial de puertos pivotes en la costa del Pacífico sudamericano", Boletín Cepal 71) y una presentación que hizo el 2 de septiembre de 2008 un agente de carga chileno sobre el tema en un seminario en la embajada de Chile en Buenos Aires.
Se demostró con cifras de tarifas de fletes y tiempos de viaje, que conviene más exportar a Shanghai por el Atlántico que por el Pacífico. Será difícil convencer a la gente del NEA/NOA que lean esos documentos, pues para ellos el tema de Corredores Bioceánicos es como un dogma en una religión, no se permite discusión.
(*) El autor es consultor en temas marítimos y portuarios.
Dos distancias diferentes
Sólo Japón, Corea y el norte de China están más cerca por el Pacífico. Pero además se debe tener presente que una cosa es la "distancia geográfica" y otra cosa es el costo del transporte, lo que a veces se llama "distancia económica", que no está relacionado solamente con distancia en kilómetros o millas.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
EDITORIAL
Exclusión escolar y futuro social
La situación que registra la niñez y la adolescencia en el campo educativo lleva a trazar una perspectiva poco alentadora del futuro de nuestra sociedad, ya que las graves deficiencias que se presentan en la formación de los jóvenes provenientes de familias pobres, así como la ausencia de perspectivas de cambio en lo inmediato, condicionan severamente el potencial de desarrollo del país.
Un enorme número de chicos se encuentra en un estado de abandono educativo, lo cual limitará con rigor el acceso a otros derechos, ya que la exclusión escolar alienta otras exclusiones en campos culturales, laborales y económicos. Como surge de un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, el 53% de los menores de cinco años vive en hogares pobres, con dificultades para satisfacer sus necesidades básicas. Estos chicos son, además, afectados por una creciente desigualdad en materia educativa.
Por empezar, su nivel de asistencia a jardines maternales y de infantes es bajo. Además, como surge del referido informe, la brecha educativa se refleja en la concurrencia a escuelas de doble jornada, ya que el 25,1% de los adolescentes de hogares de ingresos medio-alto lo hace, contra sólo el 2,8% de los provenientes de familias pobres. Por el deficiente funcionamiento de la educación pública, las familias consideran al ausentismo de los docentes y a los paros como los problemas más severos que lesionan la calidad de la enseñanza.
Entre los chicos pobres es menor el hábito de lectura, el acceso a Internet, la oferta de prácticas artísticas y la enseñanza de un segundo idioma. Por otra parte,, la infraestructura escolar pública presenta notorias deficiencias y en sus aulas se nota un agravamiento de los problemas disciplinarios.
Esta situación exige medidas efectivas, ya que de persistir la severa exclusión educativa que se registra el porvenir colectivo estará aún más marcado por la marginación, la pobreza, la desigualdad y la violencia.
Según una medición de la UCA, un elevado porcentaje de chicos pobres sufren deficiencias educativas. Esta situación exige medidas efectivas porque afecta su futuro y el de la sociedad.
Fuente: CLARIN (ir)
Educar contra la pobreza
Guillermo Marcó (*)
Para LA NACION
En la discusión suscitada por las declaraciones del Papa sobre el "escándalo de la pobreza" en la Argentina, se ha perdido de vista el motivo de tal afirmación: la colecta Más por Menos. Esta campaña se realizará este año ?en su edición número 40? el sábado y el domingo próximos, en todo el país.
El lema en torno al cual girará la campaña es "Más solidaridad por menos exclusión". Que los que tenemos más podamos ayudar a los que tienen menos. Los fondos recaudados se aplicarán a diferentes proyectos en todo el país.
Los obispos han propuesto que el Bicentenario sea una ocasión para hacer algo por los pobres de la Argentina.
Me pregunto por qué, si a todos nos preocupa el tema, no podemos sentarnos para elaborar en conjunto propuestas que nos aporten soluciones de fondo.
Por ejemplo, Chile ha conseguido prácticamente erradicar la desnutrición infantil. Hoy todos sabemos, gracias a los avances de la medicina, que lo que le permite articular distintas áreas del cerebro a un adulto depende de la correcta alimentación en los primeros meses de vida. Es decir: que el futuro de un chico que en su primera etapa de vida está desnutrido es convertirse en un alumno deficiente y, de adulto, verse condenado a trabajos marginales.
Observamos que en el arco político, cuando de combatir la pobreza se trata, todos están de acuerdo en lo declamativo. ¿Será tan difícil encontrar una solución en la práctica?
Miremos para atrás: ¿qué hizo que este país extenso y despoblado se transformara en lo que fue? Y digo "lo que fue" porque llegamos a estar en el séptimo lugar en el concierto de las naciones, y hoy ocupamos el lugar 68°, mientras que Chile está entre las 30 primeras naciones. Una de las cosas fundamentales en aquel proyecto de nación fue la educación: existía la convicción de que nada se podía hacer en un país de gente pobre e inculta.
Hoy en día, la pobreza de un país no se mide sólo por el producto per cápita. La India tiene una enorme población universitaria en los mejores centros de estudio del mundo entero. Saben que la inversión en educación cambiará el destino futuro del país.
El 22 de agosto último se cumplió un nuevo aniversario de la fundación de la Universidad de Buenos Aires. Esta casa de altos estudios fue fundada por el sacerdote Antonio Sáenz. Nacido en Buenos Aires el 6 de junio de 1780, aquí estudió hasta 1800. Luego viajó, junto con Mariano Moreno, para estudiar derecho en la Universidad de Charcas, donde se graduó de abogado. Ingresó en el seminario y, ya sacerdote, regresó a Buenos Aires, donde, además de ejercer el ministerio, fue defensor de pobres ante la procuración virreinal. El 22 de mayo participó en el Cabildo Abierto y dio argumentos al fundamento jurídico de la Revolución. Donó sus libros para fundar la primera biblioteca pública, y el 22 de agosto de 1821 fundó la Universidad Nacional, en la iglesia de San Ignacio, de la cual fue su primer rector.
Me pregunto cuántas personas pudieron realizar su sueño de una vida mejor gracias a este proyecto. Siempre se escuchaba a los inmigrantes hablar con orgullo del hijo doctor.
Sin duda, en la discusión sobre la marginalidad y la pobreza, los proyectos educativos no pueden estar ausentes, ya que la educación es la que abre posibilidades y oportunidades de movilidad social, en un mundo que será cada vez más competitivo.
(*) El autor dirige la Pastoral Universitaria del Arzobispado de Buenos Aires.
Fuente: LA NACION (ir)
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