Problemas en el secundario
Un 40% de los alumnos debe rendir en marzo
Matemática es la materia más reprobada en todo el secundario
LA NACION
Editorial
Los medios y el lenguaje
LA NACION
MEDIOS Y COMUNICACION
Responsabilidad colectiva
Lucía Caruncho
PAGINA/12
El problema fundamental de nuestras universidades estatales
Muy pocos graduados
Alieto Aldo Guadagni
LA NACION
Una conquista para todos
Ana Jaramillo
LA NACION
Conflicto docente / Piden un aumento salarial del 27 por ciento
Peligra el comienzo de las clases en la mayoría de las provincias
Sólo en Catamarca y La Rioja los gremios provinciales ya acordaron evitar los paros
Silvia Barrojo
LA NACION
Tensión bilateral
El peso de la paciencia estratégica
Los dos socios históricos se ven obligados a continuos relanzamientos de su relación política cada vez que crece el nivel de trabas comerciales. Las licencias para la importación, ejes del último gran conflicto
Emiliano Galli
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
Puerto franco
Quequén, el trigo y los daños colaterales de la política oficial
Emilano Galli
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
Opinión
Poco para festejar en los 15 años de la Organización Mundial del Comercio
Gustavo Scarpetta
LA NACION, Suplemento COMERCIO EXTERIOR
Problemas en el secundario
Un 40% de los alumnos debe rendir en marzo
Matemática es la materia más reprobada en todo el secundario
Calculadoras, diccionarios, libros y la tabla de elementos químicos son algunos de los útiles que, en pleno verano, ocupan bolsos y mochilas de muchos adolescentes. Es que el índice de los que se llevan materias a marzo (o febrero en algunos casos) llega hasta el 45 por ciento entre los alumnos porteños y hasta el 37 por cienta entre los estudiantes de la provincia de Buenos Aires, según informes suministrados por los ministerios de Educación de ambas jurisdicciones.
Las cifras alarman a las propias autoridades. "La responsabilidad de que los chicos se lleven materias a marzo no es sólo de ellos. Todos somos responsables del fracaso escolar", dice la subsecretaria de Inclusión Escolar y coordinadora pedagógica del gobierno de la ciudad, Ana María Ravaglia.
La directora provincial de Educación Secundaria, Claudia Bracchi, coincide con Ravaglia. "Distintas cuestiones son las que comprometen la enseñanza, además del compromiso de los estudiantes", aclara Bracchi.
A ambas funcionarias les preocupa y "ocupa" que en los primeros años en especial los alumnos adeuden asignaturas. Entre las materias que más reprueban figuran en los primeros lugares matemática, lengua, biología, inglés e historia.
Si se considera que una hora de profesor particular puede llegar a costar entre 30 y 60 pesos, además de un dolor de cabeza para los padres, prparar tantas materias se convierte en un desafío costoso.
"Los primeros años son los más problemáticos, dado que el adolescente debe adaptarse a un nivel de estudio muy distinto del de la primaria, en la que la maestra tiene un trato más personalizado", explica Ravaglia.
"Hay muchas materias. Un joven cordobés cursa 15 materias en forma simultánea, mientras que uno de Maryland cursa ocho. ¿No deberíamos reducir la cantidad de materias y aumentar la profundidad de lo que se estudia en cada una de ellas?", se preguntó el director de la Fundación Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP), Gustavo Iaies, licenciado en Ciencias de la Educación.
En la secundaria, la evaluación de las materias crea cuestionamientos entre los docentes y los funcionarios de los ministerios de Educación. "Hay que repensar qué se pone en juego cuando se evalúa a un adolescente", dice Bacchi.
"Es necesario cambiar la mirada y priorizar la calidad de lo aprendido sobre la cantidad de materias que no se aprueban para pasar de año, por ejemplo", reflexiona Ravaglia.
Con respecto a la diferencia de alumnos que deben materias entre la ciudad y la provincia, los especialistas consultados señalan a la exigencia de la evaluación como principal causa.
"Llevarse materias no implica aprender menos. Si comparamos la provincia con la ciudad, aparece un porcentaje mayor de alumnos que se llevan materias en la última, cuando los resultados de aprendizaje de esta jurisdicción son mayores y la deserción es menor", señala Iaies.
"Lo que pasa es que no entiendo lo que me explican en clases y me cuelgo. El profe explica muy rápido y me cuesta seguirle el ritmo", cuenta Facundo Ramírez, que prepara tres materias de 4° año.
Facundo tiene 17 años y es alumno del Colegio Nacional de Buenos Aires, pero ésta no es la primera vez que tiene que estudiar en verano.
"Todos los años me llevé materias; en tercero tuve que rendir ocho", recuerda. "Renegamos todo el año por esto. Lo acompañamos durante todo el proceso, pero se le hizo un hábito y cuesta conseguir que lo modifique", explica Daniela Beledo, madre de Facundo.
Bajo presión
Daniela y su profesor particular, José Galante, consideran que Facundo es muy inteligente, pero entre todas sus actividades no llega a organizarse durante el año. "Consigue cumplir los objetivos bajo presión, parece, porque no puede ser que durante tres meses logre aprobar todo lo que durante el año no hace", sostiene Daniela.
Por otra parte, Teresa Smoler encuentra otra explicación para la situación de su hija Micaela, quien debe rendir tres materias entre febrero y marzo para aprobar primer año: "No estudió durante todo el año. Probablemente, porque fue el primero".
Micaela tiene 14 años y va a la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegini. Cree que por vagancia se llevó seis materias, tres de las cuales las aprobó en diciembre. Ahora, se está preparando en un instituto, en Matemática, Geografía y Lengua.
Bolsillos en rojo
Como Facundo y Micaela, miles de adolescentes deben tomar clases particulares en verano, lo que representa un gasto extra para las familias. En esta ciudad, luego de algunas consultas realizadas por La Nacion, la hora de clase cuesta entre 30 y 60 pesos.
Por lo general, los docentes recomiendan tomar clases particulares entre dos y tres veces por semana, con uno o dos meses de antelación a la fecha de examen.
"El tiempo que requiere un estudiante depende del estado de conocimiento, las materias que se lleva y las condiciones de cada chico. Pero, como mínimo, se necesitan dos semanas", asegura Yamil Santoro, profesor de Ciencias Sociales y director del instituto SAP (Soluciones Académicas Profesionales).
Galante, también docente de matemáticas y coordinador de apoyo del instituto Cursiva, reflexiona: "El sistema de enseñanza y evaluación de la secudaria predispone al estudiante que deje todo para último momento. Es necesario que aprenda a organizarse. Así se evitaría que se preocupe por estudiar cuando ya no le queda tiempo y desapruebe durante el año".
Córdoba: el 67% se llevó asignaturas
En diciembre de 2009, en Córdoba, un 67% de la matrícula de los colegios públicos y privados no promovió alguna asignatura, según datos del Ministerio de Educación provincial. Por eso, allá se evalúa ampliar a tres el número de materias previas con las que se podrá pasar de año.
Fuente: LA NACION (ir)
Editorial
Los medios y el lenguaje
Crece la preocupación por el censo de calidad en el lenguaje de los alumnos del nivel secundario. El problema no se plantea sólo aquí; está también presente en países de alto desarrollo educativo. Es un problema derivado de la prodigiosa irrupción de los medios electrónicos de comunicación en el seno de la sociedad contemporánea. A la difusión y al continuo uso de la TV y de la computadora, sobre todo, se atribuye en mayor medida la limitación que revela el vocabulario actual de los chicos. Un tema no menor también, y al que muchas veces hemos hecho referencia desde estas columnas, es la pérdida del hábito de la lectura en muchos niños y adolescentes, lo que hace su aporte a la falta de riqueza de vocabulario.
Según noticias recientes del Sunday Times de Londres, el insuficiente número de palabras que conocen quienes se gradúan en la escuela media dificulta sus posibilidades ulteriores de encontrar trabajo. Por su parte, The New York Times dio a conocer el resultado de encuestas según las cuales los menores estadounidenses llegan a pasar diariamente más de 7 horas y media sirviéndose de los medios electrónicos, promedio que ha superado con amplitud las 6 horas y media registradas hace un quinquenio.
Nos hallamos, pues, ante una situación que requiere, como tantas otras, una alianza coordinada de padres y docentes, tanto para promover el crecimiento lingüístico como el buen contacto y la comunicación con los adultos. Esto no niega los beneficios de los medios electrónicos de comunicación. Lo que se afirma es la necesidad de su buena administración.
Sin duda, la aceleración de los tiempos en que vivimos ha permitido el desarrollo y la difusión de los medios sin dar tiempo para reflexionar sobre el mejor modo de su inserción en la sociedad. Es lógico que los padres preserven a los hijos de una adicción a los medios, y que la escuela persista en defender la calidad del lenguaje.
Fuente: LA NACION (ir)
MEDIOS Y COMUNICACION
Responsabilidad colectiva
Por Lucía Caruncho (*)
La celeridad de los cambios en la post modernidad llevó a la constitución de un nuevo panorama atravesado por realidades complejas y radicalmente disímiles. Una de las manifestaciones más evidentes se da en el campo de la comunicación en torno de las formas de relación y constitución de los vínculos humanos.
Las entidades privadas se ubican dentro del ámbito de la sociedad civil, actúan en ella y mantienen relaciones constantes con la sociedad. Las empresas, tradicionalmente vinculadas al ámbito del mercado privado, al insertarse en el entorno social, utilizar sus recursos y actuar en el seno civil, económico, político y cultural, se vuelven actores sociales que comportan beneficios y responsabilidades en la comunidad donde se insertan.
Tal transformación en la arena comunicacional, incitó a las organizaciones privadas a desarrollar herramientas de promoción social, dando origen a la responsabilidad social empresarial (RSE). La RSE, experimentó su apogeo en la pasada década a través del uso del patrocinio. Las empresas notaron que su implementación estimulaba la imagen y percepción social de la entidad.
Pero la responsabilidad empresarial, tomada sólo como herramienta de marketing y no como modo de actuar de la entidad en su conjunto, llevó a las organizaciones a contrariarse en sus discursos y accionar. Al concebir la responsabilidad social, no como forma de actuación constante y coherente, sino como acciones aisladas del trabajo diario sujetas a un ámbito particular de la entidad, las empresas no consiguen consolidar ni una imagen positiva, ni un una real promoción social.
La empresa se instituye como sujeto social, por tanto imprime sentido, es decir, significaciones constantes en la comunidad donde se encuentra, allí donde su discurso es transmitido. Así concebidas, las organizaciones privadas se vuelven actores sociales, y reproducen en su accionar ciertos valores que inscriben una determinada forma cultural. La publicidad es parte de la comunicación de la empresa, le atañe, por tanto, igual compromiso social. Los modos de representación que reflejan los arquetipos, estereotipos y roles sociales que la publicidad actual propone, se contraponen a los valores que la misma empresa dice concebir. La publicidad también tiene la responsabilidad social empresarial de desarrollar valores solidarios y favorecer la circulación de discursos emergentes e inclusivos.
Es fundamental que las entidades privadas conciban a la RSE como una forma de ser empresaria, y no como el aporte de un departamento aislado, o el establecimiento de una fundación. Es tarea de las entidades privadas contribuir al desarrollo de una conciencia que permita a la institución autocomprenderse como un actor social que comunica siempre, incluso cuando cree que no lo está haciendo. La empresa es parte de la sociedad, su responsabilidad ética para con la comunidad es urgente e inmediata. Así entendidas, las entidades privadas tienen la responsabilidad social de reforzar el desarrollo de la comunidad donde se insertan, a través de comunicaciones que permitan la inclusión de la otredad y la articulación de las redes sociales.
Es tarea de todos los actores del campo empresario llevar a cabo un discurso alternativo, que derrumbe los estereotipos negativos y fomente el retorno de una conciencia inclusiva que permita la emergencia de las identidades silenciadas y las representaciones sociales complejas. Es responsabilidad colectiva de los sectores públicos y privados, fundar discursos sobre los cuales construir una realidad inmersa en la historia, que dé lugar a la diversidad y a diferentes formas de accionar, siempre desde la inclusión subjetiva y la revalorización social.
(*) Licenciada en Comunicación Social, UCES.
Fuente: PAGINA/12 (ir)
El problema fundamental de nuestras universidades estatales
Muy pocos graduados
Alieto Aldo Guadagni
Para LA NACION
En esta década, la matrícula universitaria aumentó en todo el mundo. Sin embargo, cada vez son menos los estudiantes que ingresan a nuestras universidades estatales. Este es un fenómeno reciente; hasta 2002 ocurría lo contrario. A partir de 2003, comienza la declinación en el ingreso al sistema estatal; en 2008 ingresaron 34.000 estudiantes menos; al mismo tiempo, trepa el ingreso a las universidades privadas, que incrementaron su matrícula en un 75% desde 2002 (40.000 ingresantes anuales más). Esto no sorprende, ya que hay deficiencias que los estudiantes tienen en cuenta.
Brasil tiene cuatro veces más estudiantes que la Argentina, pero sus graduados son doce veces más numerosos que los nuestros. Chile, con la quinta parte de estudiantes, tiene una graduación igual a la mitad de la nuestra. Estas diferencias denotan una deficiencia en el costoso proceso de la enseñanza universitaria.
La clave en estas comparaciones es nuestra escasa graduación, ya que tenemos muchos estudiantes y pocos graduados. No nos comparemos con Japón o los países desarrollados que gradúan normalmente entre el 70 y el 90% de sus estudiantes, sino con Chile y Brasil que, lo mismo que México, triplican la eficiencia en la graduación de nuestras universidades estatales. Nuestros vecinos gradúan más de sesenta de cada cien alumnos ingresantes y nosotros, apenas veintidós. Nuestro nivel de graduación es uno de los más bajos del mundo.
Mientras más estudiantes se requieren para tener un graduado, mayor es el costo que el Estado deberá afrontar para formar profesionales. Costa Rica, México, Panamá y Brasil, con algo más de seis estudiantes, tienen un graduado; Chile requiere ocho estudiantes y nosotros, nada menos que veinte.
Hay universidades estatales que exhiben índices preocupantes, ya que gradúan menos de seis de cada cien ingresantes (Salta, Jujuy y Comahue). Esto está ocurriendo en provincias donde son muchos los niños pobres que no reciben una buena educación primaria, para no hablar de las deficiencias en el nivel secundario que muestran los operativos de evaluación.
Estos niños y adolescentes pobres ni piensan en ir algún día a la universidad ni estatal y mucho menos privada. Por eso, es crucial asignar los recursos presupuestarios apuntando a la equidad educativa, puesto que cada peso no bien gastado en la universidad estatal, a la corta o a la larga, significará menores recursos para la educación pública primaria y secundaria, niveles de enseñanza en que los pobres son mayoría, cosa que está lejos de ocurrir en las universidades, incluso en las estatales donde el grueso del alumnado corresponde a los sectores medios y altos.
Después de un año completo de haber ingresado a la universidad estatal, nada menos el 26% no había aprobado todavía ninguna materia, y el 15% había aprobada apenas una materia. Esto significa que cuatro de cada diez estudiantes no había aprobado más de una materia.
Para explicar estas grandes diferencias con nuestros vecinos, hay que prestar atención al régimen de ingreso a la universidad. En 1967, el gobierno constitucional implantó en Chile la denominada prueba de aptitud académica (PAA), que significó un cambio en el ingreso a la educación superior. La PAA instauró pruebas para seleccionar a los postulantes sobre la base de la medición de los conocimientos requeridos por las carreras universitarias. La Universidad de Chile (estatal) fue la promotora de esta iniciativa, y desde el inicio puso a disposición del resto de las universidades, incluso las privadas, este sistema de ingreso.
La PAA, a partir de 2004, fue sustituida por la prueba de selección universitaria (PSU). En los últimos años, ha mejorado la eficiencia en la graduación, o sea, la proporción de graduados durante el ciclo normal de la carrera; esta magnitud era de apenas el 39,1% en 1998; llega al 50,7% en 2002, y se ubica en el 61,2% en 2008.
Pero las PSU no solamente son un mecanismo para elevar el nivel de la enseñanza universitaria, sino que también suministran valiosa información, particularmente a los padres de familia, acerca de los resultados correspondientes a cada escuela secundaria. Los resultados individuales de la PSU son confidenciales, pero los resultados agrupados por alumnos provenientes de cada unidad escolar secundaria, no. Ya es público en Chile el puntaje obtenido en la última prueba (diciembre 2009) por cada grupo de postulantes provenientes del mismo colegio secundario. Esto significa que las PSU no constituyen únicamente un mecanismo de ingreso a la universidad, sino que sirven como un proceso de evaluación de calidad educativa de cada escuela secundaria. En nuestro país, este tipo de información pública está prohibida por la reciente ley federal de educación.
Brasil aplica desde hace mucho exámenes de ingreso, a fin de que las universidades seleccionen a sus alumnos. Tradicionalmente, cada universidad aplicaba su propio examen "vestibular"; éste era el método preferido por las universidades públicas. En 1998, el gobierno federal estableció el ENEM ( exame nacional do ensino médio ) como examen nacional para el ingreso a la universidad y para evaluar las escuelas secundarias; las notas obtenidas en el ENEM por los graduados secundarios son utilizadas como base para procurar elevar el nivel de las escuelas rezagadas.
Las autoridades educativas consideran que la divulgación pública de los resultados del ENEM, escuela por escuela, "funciona como un elemento movilizador a favor de la mejoría del proceso educativo, ya que ayuda a los profesores, directores y demás dirigentes educacionales a identificar las deficiencias".
La PSU chilena tiene características comunes con el ENEM brasileño, ambas metodologías de examen previos al ingreso a la universidad han sido mantenidas durante décadas por gobiernos de centroizquierda, que no confunden equidad social con disminución del nivel educacional. Ellos expanden su matrícula universitaria fortaleciendo la educación secundaria, no rebajando exigencias académicas.
La Universidad de la República (Uruguay) es gratuita como nuestras universidades públicas, pero existe una diferencia en cuanto a los graduados; esta diferencia radica en el hecho de que en 1994 se creó el Fondo de Solidaridad, cuyo destino es financiar becas para estudiantes de la Universidad de la República. El sistema está basado en el concepto de solidaridad intergeneracional, mediante el cual un profesional egresado de la universidad pública debe realizar contribuciones a los efectos de financiar un sistema de becas. Las becas son destinadas a aquellos estudiantes cuyos núcleos familiares se encuentran en una situación socioeconómica desfavorable, lo que lleva a que las posibilidades del estudiante de desarrollar una carrera universitaria se vean comprometidas. Los aportes son obligatorios para graduados, con una antigüedad de cinco años de recibidos, hasta completar veinticinco años de aportes,
A partir de este diagnóstico, se proponen las siguientes acciones de gobierno en el nivel universitario.
1) Examen general al finalizar el ciclo secundario como requisito para ingresar al nivel universitario público o privado. Difusión de los resultados de este examen anual agrupados por escuela. Aprovechar la experiencia de la PSU de Chile y la ENEM del Brasil
2) Becas a estudiantes para que concluyan sin demoras sus estudios universitarios. Ayudas que tienen que estar concentradas en las carreras universitarias prioritarias para el desarrollo de nuestro país, orientadas a los alumnos de pocos recursos y que hayan demostrado un buen desempeño en el examen de fin de ciclo. (Experiencia del Fondo de Solidaridad Universitaria del Uruguay.)
3) Los graduados de la universidad pública aportarán a sus facultades por medio de una contribución recaudada por los consejos profesionales de su matrícula. (experiencia del Uruguay).
La universidad debe estar abierta a todas las clases sociales sin discriminar en función del nivel socioeconómico de los alumnos, pero el ingreso debe comprometer el mayor esfuerzo intelectual de los estudiantes. © LA NACION
Fuente: LA NACION (ir)
Una conquista para todos
Ana Jaramillo (*)
Para LA NACION
Desde que, hace ya un par de años, se consagró por ley el 22 de noviembre como Día Nacional de la Gratuidad de la Enseñanza Universitaria (debido al decreto del presidente Perón, quien el 22 de noviembre del año 1949 promulgó el decreto 29337 y suprimió todos los aranceles universitarios vigentes hasta ese momento), se comenzaron a conocer, discutir y comprender una gran cantidad de temas que hacen a la vida de las universidades.
Muchos universitarios se enteraron de que la gratuidad de la enseñanza universitaria no era una conquista de la reforma universitaria de 1918 ni un don de la naturaleza. Muchos estudiantes se reunieron para discutir la política universitaria, que va más allá de la autonomía o la gratuidad. Muchas reuniones se realizaron para comprender que la universidad es gratuita para los que cursan los estudios, pero no para el pueblo argentino -esa gran mayoría que nunca accederá a los estudios universitarios-, que la sustenta con su esfuerzo.
También se comenzó a discutir, una vez más, el tema de la autonomía, que muchos confunden con soberanía. Se volvió a hacer la pregunta sobre autonomía de quién y para qué. Tal vez, hay que invertir la pregunta y las demandas. Si estudiar gratis es un privilegio que paga toda la sociedad, ¿qué debemos hacer los universitarios por el pueblo que nos lo otorga?
¿Por qué algunos piensan que es sólo un derecho de los universitarios y que al pueblo no se le debe nada? ¿No tenemos la obligación de corresponderle?
Otro tema que se volvió a discutir es el del cogobierno. Muchos entendemos que cogobernar implica no sólo participar en las decisiones, sino tener responsabilidad pública frente a ellas. Las autoridades de todos los claustros son corresponsables en el buen uso de los recursos que se les otorgan como cualquier funcionario. Si así no fuera, les cabría la responsabilidad del mal desempeño del funcionario público.
Se comprendió, además, que los consejos superiores o directivos no son un campo de batalla, sino un espacio de debate sobre la universidad que la sociedad argentina necesita, al tiempo que deciden sobre la asignación y administración de los recursos del pueblo; por lo tanto, debe ser transparente y eficiente. Muchos otros comprendieron que la democracia universitaria es una conquista, pero ello no implica que sea un verdadero gobierno del pueblo, sino de sus integrantes. Así como la sociedad debe decidir qué política económica se debe implementar para llegar a tener una sociedad mucho más justa, qué política sanitaria se requiere, qué Fuerzas Armadas necesita, o qué sectores sociales proteger o promover, es también el pueblo -por medio de las instituciones democráticas- quien debe discutir qué universidad quiere a través de sus legítimos representantes.
Sé que no todos están de acuerdo con cuál debería ser la misión de la universidad argentina, pero es para mí igualmente una gran satisfacción saber que hay muchos universitarios que comenzaron a invertir la pregunta. Ya no sólo demandan a la sociedad para que haga más por ellos, sino que se preguntan que más pueden hacer las universidades por el país. Cómo orientarlas para que sirvan a una sociedad mejor y más justa en su currícula; cómo contribuir a solucionar sus problemas; cómo administrar los recursos para transparentar ante la sociedad su uso; cómo ser más eficientes; qué debemos investigar para aportar soluciones.
Cuando la sociedad decide servir a su comunidad, los requerimientos son casi infinitos y los recursos serán siempre escasos. Por lo tanto, después de auscultar las necesidades de formación de una comunidad, la universidad deberá dar preferencia a los problemas nacionales en la investigación, la docencia y en la asistencia técnica. Teniendo en cuenta que la escasez de recursos es un problema permanente, creo que -como sostiene Risieri Frondizi- "los problemas se deben escoger con sumo cuidado. Tienen que ser cuestiones que, sin carecer de interés teórico, tengan significación social; problemas cuya solución implique un alivio a las penurias del pueblo y que puedan ser estudiados en dos o tres años. Y que la solución sea factible".
A todos los que contribuyeron y contribuyen a deshacer mitos y a poner a la universidad al servicio del pueblo y de la Nación, vaya mi reconocimiento.
(*) La autora es rectora de la Universidad de Lanús
Fuente: LA NACION (ir)
Conflicto docente / Piden un aumento salarial del 27 por ciento
Peligra el comienzo de las clases en la mayoría de las provincias
Sólo en Catamarca y La Rioja los gremios provinciales ya acordaron evitar los paros
Silvia Barrojo
Cuando falta menos de tres semanas para que comience el ciclo lectivo en el país, en 21 provincias peligra el inicio de clases, si los docentes no acuerdan con sus propios gobiernos un aumento salarial.
Hasta el momento, sólo dos provincias -Catamarca y La Rioja- tienen garantizado el comienzo de las clases en las fechas previstas (22 de febrero y 1° de marzo, respectivamente), según informaron fuentes gremiales. El resto está a la espera de que avancen las negociaciones paritarias, mientras el gobierno nacional discute con los sindicatos un aumento del piso salarial (fijado hoy en $ 1490), que deberá respetarse en todo el país.
Los distritos más comprometidos son Neuquén, Santa Fe, Tierra del Fuego y Santa Cruz, dado que sus gobernantes dijeron que no pueden dar ningún aumento salarial. En San Juan, Mendoza, Córdoba, Tucumán y Corrientes ya se convocó a paritarias, mientras que hay expectativas por las negociaciones en la Capital y en el distrito bonaerense.
Los gremios docentes demandan llevar el piso salarial a $ 1900, con un aumento del 27%, y solicitan que el plus del incentivo docente pase de $ 110 a $ 165 a partir del 1° de enero.
Sobre la marcha de las negociaciones paritarias nacionales, en el Ministerio de Educación dijeron: "Hasta hoy [por ayer] no hay fecha concreta para una reunión".
La secretaria general de Ctera, Stella Maldonado, dijo a LA NACION: "Esta semana es clave; los gremios docentes de todo el país están esperando que el Gobierno haga una propuesta concreta".
La semana última, tras un encuentro con dirigentes docentes, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, había advertido que "la propuesta de llevarlo a $ 1900 es un disparate y completamente inaceptable".
Los 180 días de clases
Más allá del esperado acuerdo con el gobierno nacional, los docentes negocian con los gobiernos de las provincias un incremento salarial que destrabe un conflicto que pone en riesgo el cumplimiento de los 180 días de clases previstos por ley.
Sin ir más lejos, el año pasado sólo Chubut y Formosa pudieron completar el ciclo lectivo obligatorio. Entre los días de paros y el receso extendido por la gripe A, en varias provincias se perdieron más de 30 jornadas de clases.
Este año, el panorama no parece más alentador, si se tiene en cuenta que la mayoría de los gremios amenazaron con no comenzar las clases si no se avanza en las negociaciones salariales. El titular del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), Roberto Baradel, dijo ayer que, de no haber negociaciones, no comenzarán las clases el 1° de marzo en las escuelas bonaerenses, donde estudian más de cuatro millones de alumnos. No obstante, garantizó que el próximo lunes empezará la toma de exámenes y recuperatorios a los alumnos.
Fuente: LA NACION (ir)
Tensión bilateral
El peso de la paciencia estratégica
Los dos socios históricos se ven obligados a continuos relanzamientos de su relación política cada vez que crece el nivel de trabas comerciales. Las licencias para la importación, ejes del último gran conflicto
Por Emiliano Galli
De la Redacción de LA NACION
¿Se salió la Argentina del radar de Brasil en los últimos años? Aunque es una plataforma de inversión para las empresas brasileñas, ¿en el tablero de comando de Brasil la luz que se refiere a la Argentina es últimamente roja?
"Hace cinco o siete años, los temas vinculados con la Argentina estaban siempre en la cabeza de los ministros. Me da la sensación de que últimamente fue cayendo unos niveles, y sólo salta con temas como las licencias", destaca Dante Sica, economista de Abeceb.com
Una frase hecha en plena efervescencia electoral brasileña pintó el sentir de una porción importante de tomadores de decisión de Brasil: es tiempo de dejar de lado la "paciencia estratégica" con la Argentina. ¿Se acabó la comprensión para con el socio menor con fuertes asimetrías industriales?
Algunos creen que se vienen tiempos de menor indulgencia -muy a pesar de los clásicos relanzamientos de la relación- y que los márgenes políticos se agotaron. Otros comparten la taxativa opinión de un analista. "Hay una regla no escrita en el Mercosur: no se jode al vecino en tiempos de elecciones".
Brasil y la Argentina están anclados en la coyuntura. De nuevo, muy a pesar de los anuncios de integración productiva, los sistemas de pago en moneda nacional para sortear al dólar, los acuerdos de monitoreo entre privados...
Brasil, que corre rápido hacia el autoabastecimiento de combustible, habría logrado desarrollar una variedad de trigo resistente al calor y la humedad para sembrarlo en el sur del país y escaparle a la imprevisible provisión argentino (pues la exportación está bloqueada) y la necesidad de bajar el arancel externo común para salir a comprarle a Europa del Este o Estados Unidos.
En tanto, la Argentina mantiene un déficit estructural en el comercio industrial con Brasil. Para reducirlo, recurrió a las licencias no automáticas de importación: un mecanismo legal mediante el cual se otorgan permisos dentro de los 60 días de la solicitud. El año pasado, los plazos (incluso involuntariamente) se excedieron demasiado, y las licencias fueron denunciadas como una protección encubierta a la industria nacional generada a partir del desincentivo a la importación.
No a la anulación
"Creo que el Gobierno está haciendo un gran esfuerzo por liberalizar y cumplir con los plazos. Pero no creo que anule las licencias. No cambiará la forma en que administra el comercio exterior", indica Sica.
Brasil está molesto: su participación en las compras de la Argentina cayó 5 puntos entre 2003 y 2009; la de China creció, en cambio, 7 puntos. "La queja de la industria brasileña es que luego del apoyo dado a la Argentina para que pudiera aumentar su producción, lo que se logró es un aumento de las compras de otro país", explica Sica.
En todos los segmentos en los que Brasil perdió participación, China ganó cuota de mercado: la participación de Brasil en calzado cayó el 23%; la de China creció el 15%; en la industria textil, Brasil cayó casi el 28%; China creció el 26%; en motos y bicicletas, la caída de Brasil fue del 7%; China subió un 33%...
Lo curioso fue que, pasadas las elecciones legislativas argentinas, Brasil presionó y, a partir de julio, las medidas restrictivas en sectores sensibles se endurecieron para el origen chino y se aflojaron para el origen brasileño.
"Frente al déficit estructural con Brasil por las cuentas pendientes en integración y la falta de convergencia, la Argentina tuvo una mirada defensiva y adoptó estrategias como los acuerdos sectoriales y las licencias no automáticas: eran medidas coyunturales que se tornaron en válidas para atacar lo estructural", resume Sica.
Con una mirada de contexto, el ex senador Rodolfo Terragno entiende la situación así: "Mientras no se armonicen las políticas cambiarias, cada vez que la moneda de un país sea devaluada o se deprecie, se crearán inevitables desventajas en el otro. Así, surgirán presiones para adoptar medidas proteccionistas. No puede haber unión económica, ni siquiera zona de libre comercio, si no se armonizan las políticas cambiarias".
La otra cara de la moneda es que Brasil quiere abrir mercados, se siente competitivo con un tipo de cambio apreciado y quiere entrar en los sectores de alto poder adquisitivo antes de que China cope todos los mercados.
Tiene el discurso, pero su economía es cerrada: lo saben, por ejemplo, los exportadores de vino argentino; o los europeos, que ven cómo Brasil no resigna el capítulo inversiones ni abre el mercado de servicios; o la Argentina que quiere participar -tal como se firmó en 2006- en las compras gubernamentales de Brasil, un acuerdo todavía incumplido por el vecino.
Jorge Castro, del Instituto de Planeamiento Estratégico, estima que la Argentina pierde relevancia frente a Brasil en términos políticos y económicos, al destacar que hoy somos el tercer socio comercial de Brasil, detrás de China y los Estados Unidos.
"Hace seis años, Brasil era una potencia regional en América del Sur cuyo principal vínculo político-estratégico estaba en la región, y era con la Argentina. Hoy es un actor global reconocido por los grandes centros de poder mundiales y, como tal, su vínculo estratégico fundamental es ahora con Estados Unidos y China (G-20 y Cumbre de Copenhague), no con la región o la Argentina", sintetiza.
Defensivo-ofensivo
Para Alieto Guadagni, la agenda exterior comercial del vecino está determinada por sus intereses ofensivos. "Su sistema tributario es ofensivo, expande las exportaciones, mientras que el nuestro es defensivo; por eso, somos el único país de América latina que le aplica altas retenciones a todas las exportaciones, incluso las de alto valor agregado industrial. La evolución de la exportación de carnes en los últimos años es un buen ejemplo de esta diferente visión de la inserción internacional de cada nación frente a las corrientes internacionales de comercio", indica.
"Como dijo el ex ministro brasileño Mangabeira Unger, Brasil necesita a la Argentina. Falta que la Argentina se dé cuenta de eso y reconozca también cuánto necesitamos nosotros a Brasil", reflexiona Terragno, tras recordar cómo el impulso dado por Alfonsín y Sarney para conformar el Mercosur "se desvaneció".
"Las declaraciones grandilocuentes y los protocolos sobre aspectos puntuales no sirven. Cuando propuse que el Mercosur tuviera un Tratado de Maastricht, como el europeo, que llevara a la convergencia en materia de déficit, deuda y tipos de cambio, se me dijo que era un enfoque «monetarista» y que el Mercosur debía ser algo «más grande». La realidad es que Europa fue algo más grande cuando armonizó políticas presupuestarias; puso límites al endeudamiento; alineó tipos de cambio y creó el euro. Nosotros seguimos haciendo discursos", concluyó Terragno.
A su turno, Félix Peña cree que para ambos países las relaciones bilaterales serán siempre privilegiadas, aunque reconoce que hay una tendencia de largo plazo, de cambio estructural en la relevancia relativa que un país tiene para el otro.
El titular del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank cita un informe reciente de Abeceb.com donde se destaca que, entre 2003 y 2009, las importaciones totales de Brasil aumentaron (350% desde China; 170% desde América latina; 141% desde la Argentina) pero las provenientes de la Argentina pasaron de representar un 9,7% a un 8,8% en el mismo período (eran del 14% en 1998).
"No creo que ni las disparidades cambiarias ni las restricciones comerciales que también aplica el Brasil (aunque más sutilmente) expliquen esta pérdida relativa de nuestra participación en las compras del Brasil. Buscaría la explicación en el tipo de bienes que Brasil demanda del exterior y los que la Argentina puede ofrecer. ¿Tenemos suficientes empresas con intereses ofensivos en condiciones de satisfacer la demanda creciente de Brasil? ¿Tenemos suficientes empresas con inversiones en Brasil, que importen desde la Argentina y que desarrollen estrategias de articulación de cadenas productivas?", se pregunta Peña.
Comercio administrado
Castro va un poco más allá al analizar las trabas al comercio bilateral impuestas por la Argentina: "Muestran que el Mercosur ha dejado de existir como zona de libre comercio y proyecto de integración, y se ha convertido en un sistema de comercio administrado, en el que la integración funciona sólo a través de la inversión directa de las empresas brasileñas en el país. Las transnacionales brasileñas invierten en la Argentina -a diferencia de las del resto del mundo- porque absorben el riesgo argentino y presumen el agotamiento del actual ciclo político y que se aproxima una etapa distinta".
Para Peña, los intereses comunes de ambos países son muy significativos y deberían impulsar estrategias ofensivas conjuntas de los empresarios: "Limitar la agenda bilateral a problemas existentes en determinados sectores industriales podría ser un serio error estratégico de nuestro sector empresario. Creo que Brasil espera de nosotros una actitud más positiva proyectada al futuro y con visión de lo que el nuevo entorno global ofrece como oportunidades".
Brasil no puede volar y olvidarse a la Argentina en tierra. ¿Tendrá la resistencia suficiente como para elevarse alto, aun con la carga que significa ser el principal socio de un Mercosur deslucido? ¿O se reinventará antes la Argentina, modificando su insólita pasión por la gravedad?
17,3% de las importaciones de Brasil
Es el porcentaje de las posiciones arancelarias afectadas por las licencias no automáticas, derechos antidumping, valores criterios, compromisos de precios y acuerdos de cupos. Calzado, papel y editoriales, material de transporte, manufacturas varias, juguetes, textil e Indumentaria conforman el 72% de las posiciones afectadas por medidas en 2008, según la consultora abeceb.com. Como resultado, entre 2008 y 2009, las compras a Brasil cayeron un 33,2%.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
Puerto franco
Quequén, el trigo y los daños colaterales de la política oficial
Emilano Galli
Quequén era un puerto que permanecía cerrado más de 100 días por estar "metido" en el mar. Pasó mucho tiempo hasta que se logró un aporte estatal (nacional) para romper con el karma de las olas: con más de 30 millones de dólares, se prolongó la escollera, obra clave para darle previsibilidad y continuidad al puerto. Apenas 10 días permanece cerrado en la actualidad.
Luego, se encararon las obras de dragado, para el que se desembolsaron US$ 9 millones. El puerto de aguas profundas comenzó a ver salir barcos repletos, a casi 43 pies, y a 40 en cualquier momento (antes, sólo era posible con pleamar).
Prefectura tomó nota de estas obras, y cambió las determinantes técnicas para el ingreso y salida de buques.
Se abría un capítulo nuevo para el puerto de Quequén, allá por marzo de 2008.
Pero ser una puerta natural para el centro triguero del sudoeste bonaerense se transformó en una maldición: el cierre de los registros de exportación para el trigo significó que, aún sin lograr vender todas las ventajas adquiridas, la actividad se derrumbara en un 55%. De los 160 barcos por año que recalaban allí, se pasó a 56 barcos.
El hinterland portuario abarca 11 partidos, con una producción de trigo promedio de 5 millones de toneladas. La mitad de lo que embarca el puerto es trigo.
Quequén está en sus mejores condiciones históricas, y es el único puerto que, pudiendo crecer en su participación, ve como cae su actividad: ni por conflictividad sindical ni por equipamiento antiguo, sino como "daño colateral" de la política oficial.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
Opinión
Poco para festejar en los 15 años de la Organización Mundial del Comercio
Por Gustavo Scarpetta (*)
La Organización Mundial del Comercio cumple quince años. Desde aquella lejana Ronda de Uruguay que comenzó en 1986 y finalizó con la creación del organismo en 1994, dando inicio formalmente el 1 de enero de 1995.
La OMC busca aumentar los flujos de comercio internacional, y lo intenta mediante una serie de funciones, como la administración los acuerdos comerciales subscriptos en el organismo, el foro para las negociaciones comerciales, la resolución de diferencias comerciales, la supervisión de políticas comerciales nacionales, la asistencia técnica y los cursos de formación para los países en desarrollo, y la cooperación con otras organizaciones internacionales.
Después de la Segunda Guerra Mundial y mientras se creaban el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, se frustraba la posibilidad de generar la Organización Internacional de Comercio (OIC), especialmente por desavenencias de Estados Unidos.
Precursor
En cambio se firmó el GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio, por sus siglas en inglés), al que llegaron a adherir más de 120 países, antes de la creación de la OMC, pero que tenía grandes problemas e injusticias que golpeaban a los países menos desarrollados, al no incluir productos textiles ni bienes agropecuarios.
Con un GATT era básicamente injusto para los países menos desarrollados, en plena década de los noventa, la liberación comercial avanzaba, no obstante, rápidamente por distintos caminos.
Por ejemplo, Bill Clinton lograba el Nafta (1994, acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México); Europa firmaba el Tratado de Maastricht (1992) y creaba la Unión Europea; en América del Sur, se iniciaba el Mercosur (1991), y finalmente, en 1995, nacía la OMC.
Todo parecía indicar por entonces que el aumento de la liberación y la caída de las barreras serían vertiginosos. Al menos eso se veía en las dos cumbres posteriores, la de Singapur en 1996, y la de Ginebra, en 1998.
Sin embargo, la que cambiaría la historia sería la cumbre de Seattle, en 1999, cuando miles de manifestantes invadieron las calles entre 29 de noviembre y el 3 de diciembre de 1999.
Sindicatos, organizaciones ecologistas, profesionales, y personas comunes, se movilizaron en contra de la OMC hasta hacer fracasar la llamada Ronda del Milenio.
Se declaró el estado de sitio, que devino en una batalla entre la policía, la guardia nacional y miles de manifestantes que dejaron un saldo de numerosos heridos y presos. Las negociaciones se paralizaron. La manifestación, conocida como N-30 o Batalla de Seattle, tuvo lugar el 30 de noviembre.
No se lograron avances, pero en los hechos los países en desarrollo recibieron el golpe anímico de que podían aspirar a un trato más justo y a negociaciones más equilibradas.
Luego, en la rueda de Doha, aunque se eligió un sitio en donde los manifestantes no pudieran repetir lo de Seattle, los ánimos habían cambiado, y la relación de fuerzas, aunque despareja, mostraba al G-20 y otros grupos que podían obtener mucho más de lo logrado hasta entonces.
Desde la Ronda de Doha o del Desarrollo, la posición de los menos avanzados fue la de no ceder hasta tanto no hubiera correspondencia por parte de la UE y los Estados Unidos, sobre todo en materia de la eliminación de los subsidios agrícolas.
Argentina
La Argentina tiene una extraña relación con la Organización Mundial del Comercio. Fue invitada a participar de la original OIC, pero no acudió. En cambio, ingresó al GATT, cuando los países desarrollados eran amplia mayoría.
Como miembro de la OMC ha tenido una actividad importante en cuanto a las disputas comerciales en que se involucró. La Argentina realizó 15 reclamos y fue demanda en 16 oportunidades. China fue demandada 17 veces, y Estados Unidos en 107 oportunidades. Ahora bien, si se analiza la relación que existe entre el volumen del comercio y las demandas recibidas, claramente la Argentina es el país más demandado en estos quince años.
Reclamos
Los reclamos presentados por nuestro país fueron contra Hungría (productos agropecuarios); Brasil (resinas); Perú (aceites vegetales); Chile (por banda precios, aceites comestibles, fructosa, productos lácteos y harina de trigo); la Unión Europea (vino, ajos y productos biotecnológicos) y Estados Unidos (maní y tubos para petróleo).
En tanto, la Argentina fue demanda por medidas contra la importación de tejidos de algodón y pollos (Brasil); duraznos (Chile); prendas, calzados, gluten de trigo, cueros, brocas, baldosas, cerámicas y aceite de oliva (Unión Europea); productos farmacéuticos (India) y calzados nuevamente, por Indonesia.
Los europeos lideran el ránking de los que más demandas elevaron ante la Organización Mundial del Comercio contra nuestro país (7 casos), seguidos por los norteamericanos (4 casos) y los brasileños (2 casos).
Por esta razón, sin dudas, la Argentina ha utilizados de forma habitual un instrumento útil generado por la OMC: el mecanismo de solución de controversias.
2014 año clave para China
Dentro de cuatro años, la Argentina reconocerá oficialmente a China como economía de mercado dentro de la OMC:
Agenda
Los otros objetivos que tiene la OMC
Dejando de lado el comercio, vale la pena recordar que en el preámbulo del Acuerdo de Marrakech -por el que se establece la Organización Mundial del Comercio- se citan entre los distintos objetivos la utilización óptima de los recursos mundiales, el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente. Con una discusión mundial sobre el calentamiento global en pleno auge, la OMC no puede ni debe mirar para otro lado. El comercio es un generador de gases responsables del efecto invernadero y eso debe entrar en la discusión. Tampoco se debe olvidar de dos grandes problemas que aquejan al mundo como la pobreza y el trabajo infantil o esclavo.
(*) El autor es docente especializado en temas de comercio internacional de la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Católica de Córdoba.
Fuente: Suplemento COMERCIO EXTERIOR, LA NACION (ir)
|