miércoles 25 de noviembre de 2009




Otra paro en las aulas porteñas y bonaerenses complica el final del año escolar

Los gremios intensificaron esta semana sus reclamos por 48 horas en demanda de un mayor presupuesto y aumento salarial; el gobierno provincial advirtió que descontará los días de los haberes; en la ciudad, Rodriguez Larreta manifestó que "los padres ya están hartos" y que se trata de una medida "caprichosa"
LA NACION.com


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Un debate ¿sólo comunicacional?

Pablo Castillo recupera elementos de la memoria cultural y televisiva de la Argentina para plantear que la incursión de Marcelo Tinelli, Mirtha Legrand y Susana Giménez en el debate sobre la manera de gestionar lo público es el emergente de una disputa entre modelos culturales, sociales y éticos.
Pablo Castillo

PAGINA/12

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Los derechos humanos como commodity

María Soledad Balsas cuestiona una campaña publicitaria que utiliza también Internet y que, a su juicio, banaliza temas de la agenda pública.
María Soledad Balsas
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Producción cultural en cifras

Algunas cifras sobre producción cultural.
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Otra paro en las aulas porteñas y bonaerenses complica el final del año escolar
Los gremios intensificaron esta semana sus reclamos por 48 horas en demanda de un mayor presupuesto y aumento salarial; el gobierno provincial advirtió que descontará los días de los haberes; en la ciudad, Rodriguez Larreta manifestó que "los padres ya están hartos" y que se trata de una medida "caprichosa"

Los gremios docentes porteños y bonaerenses intensificaron esta semana sus reclamos por mayor presupuesto educativo y aumento salarial e iniciaron paros de 48 horas, sobre el final de un año escolar que además se vio afectado por la epidemia de la gripe A en el país.

Esta mañana los maestros bonaerenses comenzaron su segunda jornada de paro, a la que se sumó la de los porteños, quienes tampoco dictarán clases ni hoy ni mañana.

Esta última medida es llevada adelante por los gremios de la ciudad, encabezados por la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), y repercutirá principalmente en los colegios estatales, ya que habitualmente la actividad no se resiente en la enseñanza privada, que representa casi el 50% de la oferta educativa.

El Jefe de Gabinete del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, manifestó hoy su enojo por la nueva medida de fuerza, al afirmar que es "inexplicable", y dijo que "los padres ya están hartos, porque quieren ver a sus hijos estudiando".

En un comunicado de prensa, el funcionario aseguró que este año ya se les dio un 15,1 por ciento de aumento a los docentes y que en diciembre se llevará adelante la Paritaria Nacional, donde se establece el sueldo básico de los docentes, "con lo cual este paro es caprichoso".

Así, al culminar esta nueva medida de fuerza, 2009 se convertirá en el ciclo escolar que más días de clases perdió en los últimos cinco años. Hasta hoy, once jornadas fueron alcanzadas por los paros docentes en la provincia y otras nueve por el receso oficial para frenar la propagación de la gripe A.

Rodríguez Larreta dijo hoy que dijo que ya se perdieron 9 días de clase por paros docentes, más otros tantos por la gripe A. "Nuestros chicos no pueden pasar un día más fuera del aula", indicó.

Ayer, el ministro de Trabajo bonaerense, Oscar Cuartango, reiteró que es imposible otorgar un incremento salarial en el 2009 "por razones presupuestarias", y advirtió que "se descontará el día de paro".

En tanto, el director general de Educación y Cultura provincial, Mario Oporto, calificó de "equivocación" al paro de docente que y sostuvo que esa medida de fuerza "es inentendible" ya que durante este año se otorgó un aumento salarial y se cumplió con el pago en término de los salarios.

Por su parte, la presidente de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), Mirta Petrocini, advirtió que "si el gobierno sigue sin dar una respuesta al pedido del sector, los docentes podrían decidir no comenzar el próximo ciclo lectivo".


Fuente: LA NACION.com (ir)

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Un debate ¿sólo comunicacional?

Por Pablo Castillo (*)

En los principios de los setenta andaba por los quince años y vivía en Mataderos. La mayoría de mis amigos no conocían Flores, que quedaba a sólo quince minutos de colectivo. La revista Pelo tampoco llegaba a los kioscos del barrio. Sí se la podía conseguir en Rivadavia y Culpina, a tres cuadras de mi colegio secundario.

El rock nacional todavía era para una minoría y en el barrio se escuchaba principalmente a Sandro, algo de Palito Ortega o Favio y poco de música extranjera. Quizás algo de Elvis o Los Beatles. Los barrios no sólo mostraban topologías definidas, sino que alambraban con bastante éxito los tipos de consumos culturales que prevalecían en su interior.

Si bien la llegada de la democracia y el espíritu del ’73 homogeneizó algunas prácticas sociales y culturales, los lugares de circulación de esos jóvenes no se modificaron sustancialmente. Las prácticas deportivas en clubes como el José Hernández, Nueva Chicago o el Liberal o sus bailes de Carnaval permanecieron inalterables.

Diez años después, aun con un peso más decisivo de los medios masivos –en particular de la tele, todavía sin el refugio del cable–, los programas locales con mayor audiencia de esa época seguían interpelando a públicos específicos. Lejos de la hibridación posterior.

El humor de Olmedo, Juan Carlos Altavista y los mismos hermanos Sofovich no coinci-dían con los gustos de la clase media urbana y muchas veces esa distinción cultural se podía percibir en los modos en que se distribuían los potenciales televidentes los programadores de los cuatro canales de aire. Los públicos en general no colisionaban. Había uno para No toca botón, Polémica en el bar o el Venga a bailar de Velazco Ferrero y otro para Botica de tango, Situación límite o Compromiso. Quizás las telenovelas funcionaban como campo transicional, pero esto forma parte de otra discusión, donde habría que introducir la temática de género y que trascienden los límites de estas reflexiones.

En ese escenario, a fines de 1989, aparece Marcelo Tinelli con un programa que inicialmente surgió como de informes de distintos deportes y que, ante la falta de audiencia y presupuesto, terminó trastocándose en comentarios de bloopers de eventos deportivos. Lo demás es historia conocida. Ese mismo recorrido podríamos hacer con Susana Giménez que, después del modelaje y de ser parte de las películas picarescas de los setenta y primeros años de los ochenta, a fines de esa década comienza en ATC con el primer programa de Hola Susana.

Distinto es el caso de Mirtha Legrand, actriz que alcanza su popularidad en el prestigioso cine argentino de los cuarenta y que después de comenzar en 1968 con los “Almuerzos” en Canal 9, dirigido principalmente a recorrer los campos de la farándula, en los últimos años se ha desempeñado jugando el papel de fiscal de la política y de los políticos.

Es cierto que en los cambios socioculturales, económicos y comunicacionales de los noventa estos personajes encontraron un terreno propicio para consolidar su visibilidad y sintonía con las nuevas coordenadas que proponía el menemismo, pero también hay mucho de mérito propio en sus permanencias por tantas décadas.

Por eso, ahora que en los últimos tiempos sus voces dejaron de percibirse sólo como un efecto del diseño de los modos de la comunicación masiva de los noventa y aparecen con reclamos a los modos en que se gestiona lo público se vuelve difícil, desde lo estrictamente político, encontrar respuestas que logren interpelarlos en sus registros específicos.

Esta limitación, padecida muchas veces por el gobierno actual, que no siempre encuentra los vehículos comunicacionales más adecuados para sostener sus puntos de vista, forma parte del bagaje de las herencias aún no desatadas.

Desde el advenimiento de la democracia en 1983, todos los dirigentes y muchos de los cuadros más lúcidos de los partidos populares creyeron que la única forma de establecer una relación con los principales multimedios era negociando en el terreno de ellos. Así ayudaron a que desde los poderes multimediáticos se vaya configurando una representación de los políticos como clase, preservándose para ellos el lugar de la defensa de la libertad de prensa y ocultando los intereses económicos que se ponían en juego a través de esas relaciones que establecían –muchas veces subrepticiamente– con los distintos gobiernos de turno.

La nueva ley de medios les otorga visibilidad, casi dramática, a estas cuestiones, pero no garantiza por sí misma inscribirlas en un nuevo relato que construya otras premisas y significaciones. Por eso, cuando se intenta responder a los modos en que –desde la lógica televisiva– aparecen capciosamente entremezclados lo singular, lo particular y lo general en imágenes y discursos, casi siempre se olvida que ésta no es una batalla binaria. Ni los campos enfrentados son únicos y homogéneos. Por lo tanto, de lo que se trata, sin que esto suponga legitimar lecturas o prácticas culturales existentes, es de disputar también el sentido de la naturalización de los acontecimientos. Pero para esto es necesario entender –si se quiere tener alguna chance de triunfo– que esta confrontación es comunicacional pero, principalmente, es una disputa profunda y colectiva de modelos culturales, sociales y éticos.

(*) Psicólogo. Magíster en Planificación de Procesos Comunicacionales.


Fuente: PAGINA/12 (ir)

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Los derechos humanos como commodity


Por María Soledad Balsas (*)

Arnet ha lanzado recientemente una peculiar campaña publicitaria. Creada por la agencia Santo, la saga de la empresa del grupo Telecom está compuesta por cinco comerciales protagonizados por el cordobés Fabián “La Mole” Moli, ex campeón argentino de box, camuflado de un “honesto” sereno de garaje que encuentra un sobre con 400.000 pesos y se propone devolverlos a su dueño, un tal Pérez. Como no le resulta sencillo localizarlo, decide contratar los servicios de Internet y llamadas libres para facilitar la búsqueda.

La campaña cuenta, además, con un blog propio que incluye algunos de los videos promocionados, describe el perfil de su protagonista y propone consignas tan irrisorias como un test de opción múltiple para identificar al propietario del sobre. Allí, los visitantes pueden dejar sus comentarios sobre los comerciales y los que llevan el apellido Pérez, hasta publicar las fotos de su familia.

¿Es ésta la democratización que propicia Internet?

Pero lo que más inquieta de esta campaña es la parodia que realiza sobre la intensa búsqueda de Julio López, principal testigo en el juicio contra el represor Echecolatz desaparecido en 2006. Algunas características del personaje, la referencia temática a la búsqueda, la elección del apellido y la indiferenciación entre géneros ficcionales e informativos dada a partir del uso de la voz en off del periodista Julio Bazán, títulos y videographs, entrevistas a familiares y la indicación de la temperatura y la humedad en pantalla recuerdan una estética publicitaria new age que banaliza hasta el absurdo los problemas más críticos de la agenda pública, transformándolos en commodities.

(*) Candidata al Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y becaria del Conicet.


Fuente: PAGINA/12 (ir)


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Producción cultural en cifras

Algunas cifras sobre producción cultural.

- El PBI Cultural atravesó en el 2008 su quinto año de crecimiento consecutivo, superando las tasas de crecimiento de la economía en su conjunto y llegando a representar el 3,27 por ciento del PBI nacional.

- El comercio exterior de bienes culturales mostró en el primer semestre de 2009 una tendencia clara hacia la reducción del déficit externo, explicada por una marcada retracción de las importaciones.

- Las exportaciones de servicios culturales muestran en el período 2002-2007 un fuerte crecimiento y dinamismo, no obstante lo cual el saldo comercial sigue presentando un carácter deficitario.

- El sector editorial atravesó su quinto año de crecimiento consecutivo, llegando su producción a representar en el año 2008 más de 1100 millones de pesos de producción y un 0,025 por ciento del PBI total.

- Los ejemplares impresos alcanzaron en 2008 su máximo histórico en el país: 97 millones, acompañado por una importante proliferación de los títulos editados.

Fuente: Coyuntura cultural año 1 no. 2, noviembre 2009. Sinca. Sistema de Información Cultural de la Argentina. www.sinca.cultura.gov.ar


Fuente: PAGINA/12 (ir)


 
 
 
 
 
 
 
 
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